1. Femdom de cuarentena. De novio a esclavo en castidad (7)


    Fecha: 02/01/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: iñigogom, Fuente: CuentoRelatos

    ... última vez que me tocas de forma tan descarada en público sin mi consentimiento. Si hemos acordado que yo tengo el control sobre nuestra relación sexual, actúa en consecuencia.
    
    Yo intenté decir “perdón” como pude, pero solo salieron de mí unos sonidos incomprensibles. A Nuria esto le hizo mucha gracia y me cogió de la mandíbula riéndose.
    
    -¿Cómo dices?
    
    Yo callé y la miré entre serio y enfadado. Mi orgullo me impedía seguir jugando a su juego. Ella lo entendió, y me quitó el gag. Pero para demostrarme que ella seguía teniendo el control, me hizo mantener las bragas en mi boca un rato más, y cuando por fin las sacó, llenas de mi húmeda saliva, escupió nuevamente en ellas y las restregó sobre mi cara. Yo seguí mirándola enfadado, pero no me atreví a decir nada.
    
    -Necesito ser follada. –Me dijo mientras se tumbaba sobre la cama–. ¿Qué prefieres, que me folle otro chico o que me folles tú con el strap on? Ya estás tardando en ponértelo.
    
    Sin responder, hice lo que me pedía. Se hacía tan raro tener un dildo pegado a mí, justo arriba de mi polla enjaulada. Y más raro aún era penetrar a Nuria moviendo mi pelvis, pero sin sentir nada. Se creaba una disonancia cognitiva curiosa, que confundía a mi cerebro y le hacía pensar a ratos que el dildo era mi verdadera polla.
    
    Conforme la follaba y la veía disfrutar sin poder sentir nada yo, crecían mis ganas de al menos comerle el coño. Lo veía tan cerca de mí, tan abierto y brillante, y sin embargo ninguna parte de mí lo estaba ...
    ... disfrutando sensorialmente. Nuria se dio cuenta de cómo se lo estaba mirando fijamente, y decidió torturarme aún más, cambiando el strap on de mi cadera a mi cara. Ella seguía arriba de mí, cabalgando mi cara. Ahora tenía su coño a centímetros de mi boca, pero nada más.
    
    -¿Quieres comerme el coño eh esclavo? Jajaja
    
    Después de correrse tres veces, con su corrida bien espesa en todo el dildo, me lo quitó de la cara.
    
    -Si dejas bien limpio el dildo, igual te dejo comerme el coño.
    
    Cachondo perdido, lo cogí inmediatamente y me lo metí en la boca lo más profundo que pude, mientras Nuria me miraba masturbándose. Después ella misma cogió el dildo y me lo fue metiendo a su antojo. Cuando ya no quedaba rastro de corrida en el dildo, la miré suplicándole. Ella respondió poniéndome sus dedos, con los que se estaba masturbando, en la boca. Los metí enteros en mi boca, hasta que metió casi su mano entera. Sus dedos me llegaban casi a la campanilla. Me encantaba. Era realmente mucho más estimulante, placentero y erótico tener sus dedos dentro de mi boca, a tener un pedazo de plástico como era el dildo. Me gustaba mucho más sentir su calor, su carne moviéndose dentro de mi boca inmovilizada.
    
    -Me apetece mucho que me comas el coño, esclavo. Pero no lo vas a hacer. Así aprendes a comportarte la próxima vez. Ahora, túmbate en el suelo paralelo a la cama.
    
    Una vez en esa posición, Nuria me puso las dos plantas de los pies, que estaban bastante fríos, en la cara. Era desagradable ...
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