1. Ingenieros


    Fecha: 02/01/2024, Categorías: Hetero Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos

    ... nalgas, ayudaba el ir y venir de su pelvis. Me beso, gimió y sentí que se corría en uno de sus tímidos orgasmos. Se relajó.
    
    - ¿Acabaste? – preguntó.
    
    - No, me falta un poco.
    
    Volvió a cogerme unos minutos más, besándome el cuello (sabía que me gustaba).
    
    - Ahí, dale, no pares… Ahhh. – Acabé y nos quedamos en esa posición besándonos un rato.
    
    - Esperá a sacarlo antes de llenarlo.
    
    - ¿Qué?
    
    - Tu “Ensayo” – me miró sonriente.
    
    - Quizás te gusta adentro. Sería como que pruebes un superdotado por un ratito – dije riendo.
    
    Nos higienizamos un poco con el kit (el kit era una cartuchera que tenía preservativos, papel higiénico y pequeñas bolsitas de nylon para descartar lo usado), nos acomodamos la ropa, y comencé a conducir a la casa de Claudia.
    
    - Che Carlos – rompió el silencio que llevaba varios minutos.
    
    - ¿Qué Clau?
    
    - Eso de que me infles el forro adentro…
    
    Parábamos en un semáforo así que la miré a los ojos. Algo en ellos era diferente. Nuevo. Hablaban de morbo y lujuria.
    
    - ¿Te calienta la idea?
    
    - Eh… no… bueno, algo. – respondió titubeante. Le metí la mano en la entrepierna bajo la pollera. No se había vuelto a poner la bombacha, y estaba más mojada que en el coito.
    
    - Te calienta la idea – ahora era una afirmación.
    
    - Bueno mirá – continué luego de un breve silencio – recién en lo de Fernando se armó un debate sobre como calcular si te mojás más bajo la lluvia cuando caminás o cuando corrés. Para cuestiones delirantes de estudiantes ...
    ... de ingeniería, esta me parece más divertida. ¿Qué puede salir mal?
    
    ***
    
    Abordamos entonces un proyecto de ingeniería bizarro. El primer problema para resolver era yo. Si meaba después de acabar el preservativo iba a estar muy flojo, y se iba a escapar la orina por la base demasiado fácilmente. Si en cambio lo hacía antes ese problema se mitigaba, pero bueno, no es nada fácil orinar con una erección. Todavía en la adolescencia tardía, despertarse duro y muchas ganas de ir al baño era común, y sabía que bajándola aunque sea un poco podía relajarme lo suficiente para mear. Luego estaba el tema de la logística. Debía estar a la hora señalada con la vejiga bien llena, pero no se podía retrasar mucho el espacio para intimidad. Solo tenerlo era complicado en esos tiempos y además debía ser en un baño.
    
    Quedamos entonces que el día apropiado era el siguiente jueves, y el lugar la casa de Claudia. El convite seria para estudiar por la tarde, después de la facultad. Ella sabía que su hermana tenía un compromiso y ese día no iba a estar en su casa. Sus padres, como era habitual, estaban en el trabajo y además había escuchado a empleada doméstica pedirle la tarde libre a su madre, por lo que se retiraba después del almuerzo. Tendríamos una ventana de tiempo segura de tres horas. Decidimos que iría por última vez al baño por la mañana en universidad, luego a su casa en el tren y le echaría un polvo rápido y sigiloso en su habitación, mientras la mucama servía el almuerzo, para que ...
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