Cuando una puerta se cierra, unas piernas se abren
Fecha: 02/01/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: marori73, Fuente: CuentoRelatos
... casi me lo trago!!
Ella también rio, pero no dijo nada. Terminamos de desayunar y la acompañé a su trabajo. Juan se iba a demorar y no le podía esperar.
Cuando la dejé, fantaseaba en mi cabeza con lo que me acababa de decir, y una poderosa erección se produjo en mi pantalón. Tuve que acomodar discretamente mi polla para no llamar la atención en la calle.
Juan me llamó pasada una hora más o menos. Quedamos para tomar unas cervezas y luego comer algo.
Después de unas cuantas, y hablar de toda la situación, que yo empezaba a asimilar, me comenta:
—Vamos a cambiar de tema, tengo un problema muy gordo, me dice
—Y eso?
—Tengo a Ruth, como loca por hacer un trío. No sería la primera vez, ya lo hicimos, en verano, de vacaciones en Sevilla, con una amiga suya de allí. Fue tremendo, la verdad. Pero ahora quiere probar con tío
—Joder, vaya plan no? Le dije
—Pues sí, y la verdad que se lo debo, porque con su amiga, fue por iniciativa mía
—Pues no se que decirte, respondí, sin saber muy bien que esperaba
—Me he fijado como la miras, y como te mira ella. Serías el candidato perfecto
—Bromeas?? Yo con vosotros? Con ella delante de ti? No creo ni que me empalmase
—Ya lo estas solo de pensarlo jaja, dijo señalando mi pantalón, que lucía un bulto considerable
Me ruboricé un poco y me excusé
—Joder, la situación es morbosa, desde luego, y un halago que me lo pidas tío, pero de ahí a hacerlo…
—Tienes razón. Olvídalo, es el alcohol, jaja pidamos ...
... algo de comer
La comida transcurrió sin volver a hablar de tema. Pasaron unos días y llego fin de año. Juan me dijo, de celebrarlo en su casa, a las afueras de la ciudad, un grupo de amigos. Quedamos sobre las 10 allí.
Me extraño mucho no ver aparcado fuera nada más que su monovolumen de 7 plazas, que apenas usaba. Seremos pocos, pensé, mientras aparcaba la moto.
Justo cuando me baje, me llega un mensaje de el.
Pasa cuando llegues y sube, estamos arriba.
No conteste y entre directamente. La chimenea crepitaba, y el ambiente era muy cálido. En el piso superior se oía música. Empujo la puerta de la cual salía “Hotel California” de los Eagles. Música poco apropiada para una fiesta que empieza, pensé, hasta que vi el tipo de “fiesta”.
En el cuarto, sobre una antigua cama de barrotes, estaba Ruth, tendida, en tanga, con los brazos atados al cabecero y los ojos vendados. A su lado Juan, me indicó con un gesto que no hiciera ruido y me acercara. Ruth, desnuda, estaba mucho mas buena de lo que me había imaginado. Sus tetas eran grandes y firmes, sus pezones erguidos y duros, desafiantes. El fino tanga insinuaba un pubis completamente depilado. Juan le pellizcaba los pezones con una mano, y con la otra acariciaba su vulva, que ya dejaba marca de humedad en la tela de su ropa interior. Mientras mi cuerpo de acercaba a la cama mi cabeza decía vete.
Juan me indicó que me desnudara, él ya lo estaba. Mientras lo hacía en silencio, le susurro.
—Ahora vengo
—No ...