1. Hada, el primer maduro


    Fecha: 05/01/2024, Categorías: Transexuales Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos

    Me gustaba vestirme de chica. Hacía años que le cogía prestada ropa y zapatos a mi hermana y mi madre. Me he dejado el pelo largo. Era mi elección, hay quien me ayuda y otros a los que no les parece tan bien.
    
    Mi cuerpo, ya era andrógino de nacimiento, lo que me ayudó. Delgado, es femenino, suave fibrado. Ahora que he cumplido los diez y ocho he empezado a hormonarme, con lo que además tengo la piel aún mas suave casi sin vello. He empezado a ir de compras, mi propia ropa, lencería y maquillaje. Mi vida cada vez era mas femenina.
    
    Ya no me vestía de chico nunca y aunque me costaba tiempo y esfuerzo siempre iba perfecta, depilada, maquillaje, ropa y lencería.
    
    Aun así siempre había quien me rechazaba o a quien desagradaba mi actitud.
    
    No se como él se fijó en mí. Andaría por los cuarenta guapo y atlético. Era vecino de mis padres, toda la vida puerta con puerta. Yo me sentía deseada cada vez que sus ojos se posaban en mí.
    
    Cuando nos encontrábamos en el pasillo me trataba como a una dama, sin extrañarse ni hacer gestos raros, ni de rechazo. Como me conocía de años antes su actitud conmigo tan natural, sin complejos, hacia que me sintiera atraída hacia él. Además de un buen físico para su edad, claro.
    
    Cuando se divorció su aire melancólico y abatido me atraían y yo le sonreía intentando animarlo. Por fin se decidió y en un encuentro casual por la calle me invitó a tomar algo en un pub cercano.
    
    - ¡Hola! Nunca hemos estado a solas. ¿Te tomarías una copa ...
    ... conmigo?
    
    Siempre correcto y agradable con una charla interesante y amena seduciéndome con su actitud, pero en realidad sin querer hacerlo de forma consciente. Pasaban los minutos e incluso las horas, perdida en su conversación y en su mirada de ternura.
    
    Sí noté que sus ojos recorrían mi anatomía, la barbilla suave por las hormonas y el escote en el que empezaban a despuntar mis pechitos, mi vientre plano adornado con un pircing que el top dejaba al descubierto.
    
    Mis muslos largos y trabajados saliendo de una falda muy cortita y enfundados en unas finas medias con ligas de silicona y los pies en mis sandalias de alto tacón. Vale, lo admito, me había vestido bastante putita para él.
    
    La conversación comenzó con frases casuales pero poco a poco se fue interesando por mi vida y pasando a temas más íntimos. Yo también le pregunté por su matrimonio.
    
    Imaginando que había algo más en la historia de lo que todo el mundo conocía. Conseguí sacarle que ella había sido infiel. Yo no le quería como novio, ni marido, solo animarle y desde luego follar, hablando en plata.
    
    De pie junto a la barra con las copas en la mano el tiempo parecía que no pasaba. Le ponía la mano en el brazo notando sus músculos y le sonreía bobalicona deseando que se lanzara y me tomara entre sus brazos para hacerme el amor. Estaba dispuesta a entregarme.
    
    Por fin cuando me giré, para coger una servilleta, acercando el culito a su cadera, aparté la melena sobre un hombro. Se decidió a cogerme de la cintura, ...
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