-
Soy la mujer de mi inquilino cuando mi esposo va a trabajar
Fecha: 09/01/2024, Categorías: Infidelidad Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos
... pagando un alquiler, mientras siga pagando la renta puede llevar a quien quiera, sólo que haga algún tipo de escándalo o pelea, o algo impropio, podríamos hablar con él y pedirle que se vaya. - Pues las mujeres que lleva dan muchos gemidos, es un poco molesto escucharlos- le expresé. Mi esposo solo sonrió. - No me refiero a ese tipo de escándalos, ja, ja, ya, tranquila y no hagas mucho caso, cuando ocurra sólo tienes que poner la TV. Llegó el día que se marchó para su trabajo en plataformas y lo despedí como siempre. El día siguiente de su marcha, don Fernando llevó a una nueva chica, tal parecía que esperaba las ausencias de mi marido para traer a sus conquistas, alcancé a ver a la chica por la ventana de mi cuarto y lo que vi me asombró, la chica se veía demasiado joven, dudo que llegara a los 18 años, y me causó enojo, viejo verde, pervertido, pensé, no concebía que una chica tan joven estuviera con un hombre de su edad… Pronto empezó el concierto de gemidos, realmente a esta chica no le preocupaba que todo el mundo escuchara, me empecé a excitar, y mi coñito empezó a humedecer, alcanzaba a escuchar que don Fernando decía algo, pero no comprendía sus palabras, me ganó la curiosidad, recordé que había dejado una ropa en la secadora y salí por ella al cuarto de lavado, realmente bien podría haberlo hecho al otro día, más bien fue mi pretexto para acercarme, los gemidos se fueron escuchando más fuerte, y alcancé a entender las palabras que le decía don ...
... Fernando, las cuales estaban bastante subidas de tono. - Vamos nena, chupa bien nena, ensalívala, siente su sabor, siente como recorre tu boquita mi trozo de carne, vamos métetela toda, tú puedes, así, chupa como buena putita, así, que rico se siente. - No puedo Fernando, coff, coff, es muy grande, no me cabe, aghhh, me dan arcadas- decía la chica. Era evidente que le estaba mamando la verga y sentí una mezcla de repulsión y excitación, viejo cochino, no puede ser que esté obligando a esa pobre muchacha a hacer esa cochinada. Cabe señalar que era un poco ingenua en lo que a sexo se refiere, mi esposo había sido mi primer y único hombre, ambos veníamos de familias tradicionales, sólo hacíamos el amor en el estilo clásico del misionero, nunca habíamos hecho sexo oral, por lo que me parecía repugnante lo que estaba escuchando, sin embargo, no disminuyó mi excitación, al contrario, me sentía más excitada. Me acerqué a la ventana y por un ladito logré ver hacia adentro, lo que vi me dejó congelada. Don Fernando, sujetaba a la chica de la cabeza, obligándola a meterse la enorme tranca en la boca, la chica apenas podía soportar ese enorme trozo de carne, tenía una verga impresionante, larga y gruesa, con muchas venas hinchadas, mucho más grande que la de mi marido, la cara de la chica estaba roja, seguro le faltaba aire, sin embargo, después de unos segundos don Fernando le soltó la cabeza y ahora era la chica la que por su propia voluntad se metía la enorme verga y mamaba ...