El espejo mágico (Parte 1): Entre mis piernas
Fecha: 17/01/2024,
Categorías:
Masturbación
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
Él la quitaba la blusa de un tirón rompiéndole los botones, estaban los dos tan excitados que no se habían percatado de que todavía la luz del atardecer les hacía visibles para la gente que paseaba por aquel descampado y que se fijaban en aquel coche que se movía con dos figuras en su interior, sus besos, caricias exageradas y apasionadas, los dos en busca de placer, ella… Ya buscaba su polla con un solo pensamiento, quería poseerla y que la hiciera disfrutar de aquel momento, ya había conseguido sacarla de su cárcel de tela y después de varios lametones en su glande, de saborearla con su boca varias veces, se puso de rodillas sobre el sillón trasero del coche ofreciéndole la entrada de su vagina por detrás. Él levantó su falda y arrancando su tanga, oía como su vulva le llamara como una sirena a un náufrago, acerco su pene al portal prohibido para muchos y sé la metió de un solo golpe, deslizándose suavemente por aquel canal rosáceo haciendo que ella gritara de placer, un gemido tras otro, primero ella y luego él que entre gemidos no paraba de decirla.
- Grita zorra, joder… No pares de gritar puta, grita para mi putita.
- Pero qué puta eres zorra.
- Pero que coño tienes… Joder como me gusta follarte el coño.
- Te gusta, te gusta que te la meta así hija de puta, joder, pero como se puede estar tan mojada y caliente puta.
Esta historia podría ser la mía, aunque yo no estaba de acuerdo de cómo mi amigo Jaime trataba a las mujeres, como si fueran meros trapos de ...
... usar y tirar, pero esa historia desgraciadamente no me pertenecía, yo no era un tipo con suerte con las mujeres, no era un hombre guapo, tan siquiera era como se suele decir, del montón. El dueño de aquel relato pertenecía a mi amigo Jaime, amigo desde la infancia, un tipo simpático, guapo, cuerpo atlético, músculos bien perfilados, sin un ápice de grasa en el cuerpo, alto, pelo castaño, ojos verdes, según nuestras amigas con un culo perfecto, vamos un verdadero semental según ellas, semental y aprovechado, ya que solía llevarse mi coche y a la chica, dejándome solo una y otra vez, al final terminaba siempre esperando a que volviera o cogiendo un taxi para ir a mi casa.
Relatos como este me los contaba Jaime después de las noches interminables de sexo, como el de la zorra con pelo rubio, ¿o era morena?, realmente le daba igual con tal de follárselas, realmente era un carbón, pero era mi amigo, él siempre había estado allí para defenderme de los abusones o que tras la muerte de mis padres no me había dejado solo ni un momento, evitando que cayera en una depresión que me hubiera destruido como persona, había una especie de unión entre los dos, aunque si es cierto que me empezaba a cansar de que me dejara tirado, noche si y noche también, que me pidiera alguno de mis coches día si y al otro también, o el barco, o alguno de mis apartamentos para ir a follar, yo siempre le decía que era un cerdo y que algún día se arrepentiría y sonriendo me decía que algún día encontraría a una ...