1. El espejo mágico (Parte 1): Entre mis piernas


    Fecha: 17/01/2024, Categorías: Masturbación Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... tan siquiera me acordaba de tener, miraba a mi alrededor y reconocía mi casa, pero no así sus muebles, miraba las fotografías colgadas en la pared y eran mis padres con una niña, con una adolescente, con una mujer de 19 años, pero que no era yo, era este rostro, este cuerpo reflejado en el espejo. Poco a poco iba buscando, descubriendo que en los armarios en vez de pantalones y camisas, había vestidos y blusas, en los cajones en vez de calzones y bóxer, había bragas y tangas, en el zapatero en vez de botas sucias, zapatos de tacón, ya había recorrido toda la casa, si era la mía, pero parecía cambiada y una vez más me quedé mirando fijamente aquel espejo, aquella mujer que tenía delante de mí y que era mi propio reflejo.
    
    Empecé a desnudarme allí mismo hasta quedarme desnudo por completo o mejor dicho desnuda, me empecé tocar una vez más mis brazos y mis piernas, unas piernas suaves, sedosas y bien contorneadas, pase las manos por el pecho, por mi sexo y a medida que me iba tocando, me iba excitando, era todo nuevo para mí, zonas de mi cuerpo que habían pasado de no ser nada a zonas muy sensibles como mis pezones, otras que seguían igual como mi vientre que al pasar mis dedos por él, casi sin rozarme, se me erizaba el bello, pero sobre todo, por encima de todo, aquella zona donde antes me excitaba, donde se elevaba mi excitación ya no estaban, me sentía raro… rara, sentía en mi interior un… No sé que, en mi vientre un calor inusual, un calor que sentía como bajaba al ...
    ... tocarme, al pasar mi mano y mis dedos en donde antes tenía el pene y los testículos, ahora tenía un clítoris, unos labios húmedos, una abertura tan sensible como húmeda y mojada, era mi vagina.
    
    A través del espejo veía como mis dedos jugaban por encima de la entrada de mi vagina, me estaba regalando varios escalofríos, movía mis dedos en forma circular y me veía en la imagen como cerraba mis piernas, como mi boca se abría queriendo gritar, el placer que me estaba dando al tocarme aquel pequeño botón rosáceo que iba aumentando su tamaño, endureciéndose, la sensación era inimaginable por mí hasta aquel momento, era evidentemente la primera vez que sentía algo así, era como si mil voltios de placer me atravesaran el cuerpo, inconscientemente chupaba mis dedos y volvía acariciarme, a pasar una vez más mis dedos en forma circular por el clítoris, nunca me había imaginado el placer que una mujer sentía al tocarlo, tampoco es que hubiera tenido muchas experiencias, pero las que sí tuve, simplemente las veía retorcerse de placer pensando que quizás era algo exagerado por la ocasión o por la excitación y ahora veía lo equivocado que estaba, o mejor dicho ¿equivocada?, el lío en mi cabeza era descomunal.
    
    Mis manos estaban realmente entretenidas, una jugueteando con el clítoris y la otra con los pechos, en el reflejo se veía el placer en mi rostro, de mi figura ahora femenina que se iba sentando en el suelo de madera apoyándome sobre dos enormes cocines que se habían caído de la cama, ya ...
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