El espejo mágico (Parte 1): Entre mis piernas
Fecha: 17/01/2024,
Categorías:
Masturbación
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... en el suelo abría las piernas para ver mi sexo en el espejo, mis dedos acariciaban y abrían mis labios vaginales y podía ver la abertura de mi vagina, era una sensación que nunca antes había experimentado, el bello de mi piel se erizaba cuando veía que mis dedos empezaron a meterse en aquella raja húmeda y caliente, primero uno y luego otro, observe como en la imagen del espejo, mi reflejo se mordía el labio, había abierto un poco las piernas y mientras mis dedos se metían furtivamente dentro de mí, me masajeaba el clítoris haciendo que emitirá unos gemidos que empezaban a envolver la habitación, yendo en aumento cuando mis dedos penetraban más dentro de mí.
Cada vez más excitada me seguía masturbando mirando el espejo, había pequeñas treguas en las que me acariciaba los pechos, pellizcando mis pezones y terminaba saboreando los dedos envueltos en los fluidos de mi interior, mi clítoris era mi fiel compañero y una y otra vez de forma circular con dos dedos sacaba los gemidos más dulces, ya no hacía falta que chupara mis dedos para lubricarlo, simplemente pasaba mi mano, mis dedos por mis labios empapados de mí, notaba algo extraño y como era evidente nunca había sentido aquello, pero sentía como la humedad de mi interior se acrecentaba, tenía los labios muy húmedos y mi vagina totalmente mojada, mis dedos entraban y salían del aquel agujero rosado sin parar de gemir, me gustaba tanto que puse uno de los almohadones entre mis piernas y sentada sobre él, empecé a mover mi ...
... pelvis frotándome con él.
La imagen del espejo era sumamente pornográfica, como una amazona montada sobre un almohadón, moviendo mi pelvis hacia adelante y hacia atrás, la imagen de mi rostro empezaba a desencajarse, cerraba los ojos de placer y mi cabeza se echaba hacia delante con la melena cayendo a ambos lados cubriéndome los pechos, continuamente recogía mi pelo pasándolo todo hacia un lado y me echaba hacia atrás, estaba tan fuera de mí, que mis dedos habían desaparecido nuevamente dentro de mi vagina penetrándome más profundamente, moviéndose hacia dentro y hacia afuera, ahora con más rapidez mientras que con la otra mano pulsaba y acariciaba el clítoris sin parar de frotarme con el almohadón, gemía y gritaba de placer mientras me mordía los labios y tragaba saliva, sin saber muy bien todavía que era toda aquella brujería, brujería que, por otro lado, me encantaba.
Había dejado a un lado el almohadón y sentada de rodillas con mis nalgas sobre mis talones miraba y miraba el espejo, la cara de satisfacción, de placer y de pronto los gemidos se apagaron y dieron paso a pequeños gritos cada vez más altos, que me pasaba, hacía tiempo que notaba como por la vagina me salía una sustancia blanquecina y cremosa, pero esto era diferente, notaba una especie de quemazón en el vientre que se extendía por mi cuerpo, que paraliza mis movimientos e incluso hacía que tuviera pequeños espasmos, no sé cómo definir lo que sentía, era un placer incontrolable que me hacía gritar sin ...