Superando mis traumas
Fecha: 29/01/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... verga y tomo de la cintura a la chica, la empinó en el sillón dejando sus caderas expuestas y tomando su verga con la mano derecha la acercó a su vagina nuevamente y sin mayor preámbulo empujo dentro suyo su enorme trozo de carne duro, ella pareció gozárselo y entre la maravillosa vista de sus nalgas separadas por aquella enorme verga y los sonidos del sexo cada vez más placenteros, el ruido de la humedad, el golpeteo de las nalgas de ella contra la pelvis de él y los gemidos de ella y una especie de gruñidos de él, que me veía y eso hacía que mis entrañas ardieran cada vez más. Nuevamente ella gritó aferrándose al sillón con sus manos y sus fluidos manaban copiosamente de su entrepierna escurriendo por sus muslos.
Yo sentía que no podía más, mi agitado corazón parecía enloquecido latiendo a una velocidad impresionante, mi sexo empapado palpitando, sudando por el éxtasis, mis pechos erguidos deseosos de ser tocados.
En un movimiento brusco el salió de ella, su enorme falo empezó a palpitar, como su tuviese vida propia, él lo tomo con su mano izquierda y lo levanto un poco haciendo movimientos masturbándose y un el chorro de su leche callo sobre las nalgas de ella, llenándola de semen, todo esto sin dejar de verme, yo estaba maravillada de ver la forma en que aquel chorro saló disparado de su verga mientras gruñía y jadeaba, un adonis de piel bronceada brilloso de sudor y de los jugos de ella, ella llena de néctar de hombre gimiendo y sudando, que maravillosa ...
... escena.
Él tomó una toalla que estaba en un perchero, se la puso y despacio se acercó a mí, mientras yo atónita aún tenía la respiración entrecortada y temblaba. Me desconectó de aquellos aparatos y me dijo que todas mis reacciones habían quedado registradas, que las iba a estudiar a detalle y que me daría cita para la siguiente semana, pero que me dejaba de tarea pensar en lo que había visto y jugara yo sola y en la siguiente cita hablaríamos de ello.
Amablemente me acompañó a la puerta y se despidió de mi tan cortésmente que parecía que nada de lo que había presenciado hubiera ocurrido.
Me fui a casa en shock, todo el camino de regreso solo pensaba en ello, el cuerpo de él, el cuerpo de ella, la forma de correrse de ambos, su manera tan plena de entregarse, su desenfado al mostrarse de una forma tan íntima. Pensaba en como llevaría a cabo la tarea que me dejó si jamás había podido masturbarme, nunca me concentraba lo suficiente y la culpa inculcada por tantos años en la familia no me lo permitían. Busqué en la red distintas formas de masturbación femenina y encontré una tienda en línea donde vendían juguetes sexuales donde prometían discreción absoluta y entrega a domicilio el mismo día, estaba tan ansiosa por evocar los vivido en ese consultorio que hice mi pedido, como no tenía ni la menor idea de que pedir, pensé que para empezar tendría que ser algo pequeño, así que me decidí por una bala vibradora, la cual decía tenía diferentes velocidades.
Cabe decir que todo el ...