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Tras el primer concierto (I)
Fecha: 01/02/2024, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... el sótano casi vacío el hombre se encaminó a los ascensores seguido por Álvaro, que trotaba detrás de él. –¿Dónde estamos? –En su hotel. En cuanto terminen de recoger vendrá aquí, por fortuna tiene la habitación para él sólo. Me dio antes la llave, así podemos esperarle aquí. El ascensor subía y subía, cada vez más alto. Álvaro cambió el peso del cuerpo de un pie a otro con nerviosismo mientras veía los números luminosos indicar los pisos conforme ascendían. Por fin, en el piso duodécimo, la cabina se detuvo y las puertas se abrieron. El elegante pasillo se encontraba desierto. La moqueta de color crema y los paneles de madera clara de las paredes sumado a las luces tenues creaban una atmósfera íntima y tranquila. Héctor siguió caminando y se detuvo frente a la puerta número setenta y dos. Sacando la tarjeta que le había dado antes Sköll la acercó al lector acoplado al picaporte y la puerta se abrió con un chasquido. Introdujo la tarjeta en el sistema que accionaba las luces y la ducha del pequeño baño de la habitación y encendió las luces, regulando la temperatura del cuarto. La mayor parte del espacio estaba dominado por una inmensa cama, con sábanas blancas, un edredón de plumas y un cobertor en un tono azul oscuro. Frente a ella y anclada a la pared un televisor de tamaño mediano era lo más destacable. Dos mesillas pequeñas a cada lado del cabecero sostenían idénticas lamparitas. Una de las paredes contenía un armario empotrado y en la otra una puerta de ...
... cristal daba acceso a un baño con un plato de ducha y dos lavabos sobre los que había dos espejos rectangulares. Álvaro examinó la suite con cierta curiosidad, probando después la firmeza de la cama. Blanda y mullida se dejó caer encima balanceando las piernas adelante y atrás. Héctor le agarró de la barbilla e inclinándose sobre él clavó sus ojos de ónice en los del joven. Álvaro tragó saliva de manera más que audible, causando que una sonrisa ladina se extendiese por la cara del gigante. –Me he dejado la mochila en el coche y tengo algo allí que nos hará falta ahora, así que mientras yo bajo a por ella quiero que seas bueno, te duches y estés preparado y limpio para cuando yo suba. Me voy a llevar la llave, así que salvo que quieras quedarte fuera en el pasillo no salgas de la habitación. –¿Qué me duche? –Sí. Y rápido, no creo que se retrasen mucho más. No te molestes en vestirte de nuevo. Sin darle tiempo a decir nada más, sacó la llave de su lugar tras pulsar en el panel de control que no se apagasen las luces ni el agua y se fue sin despedirse. Ligeramente confundido Álvaro se inclinó y se desató las deportivas. Sin saber muy bien qué hacer con ellas las dejó en el suelo del armario, donde colgó también su cazadora. Ya en el baño se sacó la camiseta y los ceñidos pantalones. Les dobló sobre el lavabo impoluto y se introdujo en la ducha. El agua caliente recorrió su piel y consiguió relajarle los músculos. Haciendo uso del pequeño bote de jabón del hotel se aseguró ...