1. El extraño viajero (1)


    Fecha: 03/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos

    ... que el autobús hacia la primera parada. Las luces generales se encendieron y Vicente le sujetó la mano para que no la retirarse por el susto. Puso por encima la chaqueta que había doblado sobre el reposabrazos para ocultar la erección y la mano de Emi aferrada a ella ante un par de pasajeros que pasaron por el pasillo.
    
    –Tranquila putita, esto solo durará unos segundos y después seguirás haciéndome esa deliciosa paja que has empezado!
    
    Oía las palabras del asqueroso calvo como órdenes, órdenes que no quería aceptar, pero que sin saber por qué las cumplía. Las palabras del mal oliente acompañante se cumplieron, y a los pocos segundos se apagaron como había vaticinado a la vez que el autobús se volvía a poner en marcha.
    
    –Ves, ya tenemos de nuevo intimidad! –dijo retirando la chaqueta mientras mantenía sujeta la muñeca de Emi.
    
    Ella volvió a mirar el tirante capullo que destacaba por encima de la barriga. Las gotas de líquido preseminal lo habían impregnado por completo, y ahora brillaba a la tenue luz de emergencia. Emi miraba la enorme verga como si esa visión la hubiese hipnotizado y comenzó a mover la mano de nuevo de forma inconsciente. La piel tersa se deslizaba por el tronco ante el ensimismamiento de sus ojos, y el olor a polla ascendió por su nariz haciéndola estremecerse, pero no por miedo ni por asco, ella misma se sorprendió ante esa atracción sexual que la estaba produciendo.
    
    Continuó subiendo y bajando la piel embargada por esa sensación y Vicente se ...
    ... desabrochó totalmente la camisa dejando su asquerosa barriga al aire.
    
    –Te das cuenta como te gusta, putita! –volvió a susurrarle al oído, pero esta vez le pasó la lengua por la cara.
    
    El olor a alcohol disipó el olor a polla, e inconscientemente le recriminó con algo de furia.
    
    –No me chupes la cara, cerdo!
    
    Se dio cuenta que no lo hizo por la chupada en sí, sino porque había dejado de percibir ese olor a polla que en el fondo la había excitado.
    
    –Vaya, pero si eres una fierecilla! Eso me gusta, domar fierecillas!
    
    Emi había parado de pajearle, pero seguía aferrada a la polla como si le hubiesen pegado la mano con pegamento. Vicente se había dado cuenta pero no la dijo que siguiera, tan solo la insinuó que si no le gustaría ver el final.
    
    –No quieres ver salir la leche, putita? Se que eso os gusta a las putitas, y sobre todo saborearla! –le susurró sin chuparla la cara, pero esta vez le puso una de sus grandes manos sobre la pierna.
    
    A Emi le dio una sacudida todo el cuerpo al sentir la zarpa, pero no sé entendía a si misma. Su mente luchaba por parar aquello, pero a la vez una tremenda excitación incomprensiblemente la dominaba.
    
    –Tranquila pequeña, no te voy a hacer daño! Solo quiero comprobar si tú chochito ya rezuma!
    
    Emi se sorprendió que el muy cabron supiera lo que le ocurría a su cuerpo. En el momento de decirlo se dio cuenta que las bragas se le habían humedecido bajo los elásticos shorts.
    
    Sin llegar a entenderse ella misma, volvió a pajear la ...