1. La mamá de Joaquín, Cap 3


    Fecha: 05/02/2024, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    Pitu
    
    Era la primera vez que me ponía fachero por una mina. Siempre uso ropa que me quede cómoda, sin importarme si me veo bien o mal. Además, nunca necesité hacerlo. Como dice El Indio Solari, a las minitas les gustan los payasos y la pasta del campeón. Yo tenía esas dos cosas. Pero con la mamá del cheto no me podía confiar tanto. Ella era una mujer, no una wachita a la que se le mojaba la bombacha apenas le hablaba.
    
    Me puse una camisa piola que me había regalado la vieja cuando cumplí dieciocho, un pantalón de jean que masomenos zafaba, una cadenita plateada con una cruz, que caía sobre mi pecho, porque me había desabrochado un par de botones de la camisa. Tenía el pelo corto, porque le había rompido las bolas a la vieja para que me de unos mangos para la peluquería. Le robé un poco de colonia al Esteban. Me miré al espejo. Me veía como pretendía. Un macho alfa. Eso era. Pensé que a lo mejor estaba exagerando. Me iba a hacer un trabajo práctico, no a un baile. Pero ya estaba. Además, como decía el tío Omar, cuando uno quiere cogerse a una mina, hay que ir con todo, sin timidez ni dudas.
    
    Me tomé el bondi, porque si iba en bici seguro llegaría todo chivado.
    
    Toqué el timbre de la casa de Joaquín, y salió a atenderme el mismo cheto. Empezamos mal el día, pensé. Si salía a recibirme su mami, tendría asegurado unos segundos a solas con ella. Mala suerte. Ahora corría el riesgo de no poder tirarle onda.
    
    Entramos a la casa. Ramoncito, con su pelo con lamida de vaca, ...
    ... tenía su cara hundida en un libro. Qué traga que era ese pibe, por favor. Fabricio, otro traga, y para colmo, gordito y con cara de gil, escribía sobre una cartulina anaranjada.
    
    El cheto me ofreció un vaso de coca fría. No había rastros de su mami. Se escuchaban ruidos que venían de los que supuse que eran los cuartos, pero ni idea si era la mina. A lo mejor estaba trabajando.
    
    —Si querés andá resumiendo esta parte. —Me dijo Joaquín entregándome un libro.
    
    En dónde mierda me metí, pensé para mí. Podría estar con los pibes escabiando, pero en vez de eso, estaba con estos tres aparatos.
    
    No quedaba otra, tenía que seguir en el baile que me metí. Me puse a leer el libro de historia. Creo que fue la primera vez que leí unas cuántas páginas seguidas. Es que era tanto el embole de estar con esos pibes, que preferí pasar el rato leyendo. Por suerte no era un libro muy complicado. No tenía tantas palabras raras. Entendía casi todo lo que iba leyendo. Esa era toda una sorpresa. Parece que acercarme al cheto me garantizaba sorpresas inesperadas. Hasta me empezó a caer bien Perón. Bastante copado era con eso del aguinaldo, y la jornada laboral de ocho horas, y otras boludeces más. Creo que fue la primera vez en mi vida que aprendí algo de la escuela.
    
    De repente se escuchó que alguien se acercaba al comedor, donde estábamos estudiando.
    
    —Hola chicos.
    
    Cuando escuché que se trataba de la voz de un hombre, ni ganas de levantar la vista tuve. La idea de que ese día no podría ...
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