1. Una Nochebuena muy buena


    Fecha: 06/02/2024, Categorías: Infidelidad Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos

    ... gusto, me concentré en relajar mi respiración para aliviar la tensión en todo mi cuerpo. Exhalaba de manera uniforme cada vez que me penetró. Debajo de mí, Santa chupó y mordisqueó suavemente mis pezones mientras golpeaba su vara hacia arriba en mi coño mojado. Me encontré disfrutando enormemente la acción simultanea de los mordiscos de mis senos y el estrujé de mis nalgas, al momento de ser estirada y penetrada constantemente.
    
    El aliento salió de mis pulmones en un susurro creciente entre mis mandíbulas cerradas.
    
    Y: "¡Ay Dios mío! ¡que rico, no pares, ya casi…!"
    
    Mis piernas se sacudieron cuando me corrí, El sonido de los cuerpos y mis ahogados lamentos resonaron en el silencio de mi estancia.
    
    Me sorprendí cuando Santa me sujeto de la cintura y me levanto suavemente, deslizándose su rica y rígida verga fuera de mi; “Aun tenia energía Mi Mor”, la cabeza de su polla golpeaba descuidadamente contra la parte inferior de mis muslos. Sus manos acariciaron mi cadera haciéndome darle la espalda con ambas manos en mi cadera y me guio a sentarme de nuevo en su regazo. Hundió su dilatada polla en mi encharcado capullo rosa. Cuando bajé mi cuerpo sobre él, el glande atravesó suavemente por mi lubricado interior.
    
    Las manos de Santa se arrastraron sobre mi vientre y costillas, ahuecando y acariciando mis pechos mientras me inclinaba hacia atrás para acostarme arqueando mi espalda sobre su enorme y duro vientre ¿falso? Ronroneé y giré mi trasero contra él en golpes largos ...
    ... mientras disfrutaba cada su profundidad de sus embestidas.
    
    Mientras la polla de Santa se clavaba más profundamente, apoyando el peso de mi cuerpo en su pelvis, Gemí y eché la cabeza hacia atrás, sintiendo la blanca de barba de Santa en mi nuca, con los dientes apretados, podía sentir la verga tocando profundamente en mi útero, Sus manos en mis tetas y su aliento cálido en oreja, haciéndome caer por el precipicio de un orgasmo abismal.
    
    Mis ojos y mi boca se cerraron con fuerza, lloriqueaba tratando de no emitir sonido alguno. Mientras empujaba mis caderas para sentir más profundamente a mi Santa y con una mano me sujetaba de la nuca de su cuello. Mis dientes rechinaban mientras mi cuerpo se agitaba en ataques de éxtasis.
    
    La estática nevaba lleno mis ojos mientras un entumecimiento desprendido recorría mi cuerpo. Estaba aturdida consciente de que Santa me reposicionó en su regazo, deslizando su polla fuera de mí, pero sus manos todavía agarraban mis tetas con determinación. Me recostó suavemente en el sofá, se parado frente a mí, aun erguido.
    
    Y: “¿Mor que te tomaste?, ¿viagra?” Sin aliento y en un murmullo
    
    Se inclinó más cerca de mí, su boca caliente mordía suavemente mi clavícula mientras sus brazos resbalaban por debajo de mis muslos. Me levantó, sus codos se engancharon debajo de mis muslos deslizándose detrás de mis rodillas mientras me levantaba. La claridad regresó a mi cuando me levanto, y en un ataque de alarma, enlacé mis brazos detrás de su cuello, ...
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