1. La vendedora me seduce


    Fecha: 07/02/2024, Categorías: Infidelidad Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos

    ... pulmones. Yo ya estaba repuesta, pero no dejaba de sonreír viéndolo a los ojos. Sin quitarle la vista de encima me levanté despacio. Su mirada se desvío hacia mi pecho, que cubrí con la colcha en cuanto terminé de pararme. Me giré lentamente y me dirigí al baño. Sin necesidad de verlo sabía que estaba mirándome la cola, que a drede había dejado descubierta. Al llegar a la puerta y agarrar el picaporte voltee mi cabeza y, en forma provocativa, le dije que iba a bañarme.
    
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    No podía entender como no había mirado a Valeria antes. No es que pensara recurrentemente en engañar a mi novia, pero que uno esté a dieta no significa que no pueda mirar la lista de postres. Sin embargo mi compañera me había pasado siempre desapercibida y viendola ahora no comprendía el motivo. Es cierto que nadie va a trabajar como salió ella a mi encuentro, pero nada de lo que me había mostrado me insinuó que mostrarse así fuera parte de ella, ni lo bien que le quedaba. Su atracción radicaba mucho más en su actitud, segura y sensual, que en su belleza física. Si bien estaba lejos de ser fea, tampoco se podría decir que estaba buenísima o que todos los hombres se dieran vuelta para mirarla.
    
    Sin embargo ahí estaba deleitándome con su culo desnudo sin entender tampoco por qué se había cubierto los pechos y no la cola y ni siquiera por qué se cubrió las tetas, siendo que acababa de verla en pelotas.
    
    También escapó de mi comprensión cuando, como si la intensa corrida de pocos ...
    ... segundos atrás no hubiera ocurrido, mi pene despertó en cuanto se giró a decirme que iba a bañarse.
    
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    Antes de que pudiera abrir la ducha, y con la colcha todavía aferrada a mi cuerpo por mi mano derecha, Mateo ya estaba detrás de mí, rodeandome con sus brazos y besándome el cuello. Me pegó a él con su abrazo, permitiéndome sentir en mis nalgas que su miembro se estaba levantando de nuevo.
    
    - ¿Qué hacés? – pregunté sonriendo y ladeando el cuello.
    
    Su respuesta fue subir sus manos, retirando con suavidad la prenda que me cubría y agarrar despacio mis tetas, provocándome un leve gemido, que nuevamente exageré.
    
    Con sus dos manos masajeando mis pechos giré completamente el rostro en busca de sus labios, recibiendo el primer beso decente que mi compañero de trabajo me dio esa noche. Me comió la boca con ansias. A medida que nuestras lenguas se enredaban más cerca de mi garganta que de la suya noté que la presión en mis nalgas se incrementaba. Eso terminó de dejarme lista para recibirlo nuevamente entre mis piernas, lo que le demostré llevando una de sus manos a la entrada de mi vagina.
    
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    Valeria me tenía más caliente de lo que estuve en mi vida. A pesar de haber acabado minutos antes solo quería enterrar otra vez mi paquete entre sus piernas que, por lo que noté con mis dedos, también estaba en condiciones de recibirlo.
    
    Mis manos pasaban continuamente de sus tetas a su ombligo y de este a su vagina o a su cola. Mi boca ...
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