Divina confusión
Fecha: 14/02/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Caaquivana, Fuente: CuentoRelatos
En serio, ese sábado era un sábado de perros, teníamos una visita especial, un señor que yo no conocía, gerente en Latinoamérica de la empresa de químicos de la cuál mi esposo era representante técnico, mi esposo estaba tenso y yo estaba muy molesta, el día que más la necesitaba, la muchacha que nos ayuda en casa había llamado para decir que su hijo se sentía mal y no podía dejarlo.
El extranjero que nos visitaría, colombiano sino me equivoco, pasaba a visitar a mi marido y se retornaba a su país, su estancia en la ciudad fue de tres semanas, deseaba dejar las cosas en orden ya que en seis meses se jubilaría, tendría alrededor de 60 años pensaba yo y, según me conto mi esposo, 5 meses de viudo, cosa que lo impacto mucho.
Mi esposo lo había visitado en tres ocasiones en su país y lo había acompañado a algunas ferias internacionales, se expresaba de él muy bien, decía que era todo un caballero, muy decente, muy respetuoso y que era una pena que haya perdido a la compañera de toda la vida.
Otro de los asuntos que lo traía por acá era nombrar un nuevo gerente regional, ya que Don Fernando, todavía gerente, estaba por pensionarse en dos meses y ya lo había manifestado por escrito, mi marido y otros tres empleados estaban peleando el tan ansiado puesto.
En estas tres semanas, se habían turnado mi esposo y los otros tres compañeros para acompañarlo a las empresas que atendían, para llevarlo a comer y, mi esposo se burlaba, algunos de sus compañeros lo llevaron a visitar ...
... chicas de alquiler, lo que molesto al señor, el no buscaba eso, mi esposo lo llevo dos veces al club, parece ser que eso le agrado más.
Vuelvo al sábado de perros, Sandy, como le decimos a Sandra, llamó para decir que su hijo pequeño amaneció enfermo y lo llevaría al médico, todos los planes se fueron a pique, le hice una lista a mi esposo de lo que debería comprar en el súper para preparar algo de picar, el señor que nos visitaba no aceptó comer en casa, no quería generar molestias, así que solo sería algo de botana, tendríamos tequila, cerveza y vino tinto, bebidas que le agradaban y que tendría opción de disfrutar a su antojo.
Mi esposo odia ir de compras solo, pero, o él lo hacía o hacía la limpieza en casa, obvio, como todos los hombres, decidió ir al súper, pero se fue super encabronado, definitivamente, el que aún no nombraran al nuevo jefe lo tenía al borde de la desesperación.
Me puse un pantaloncillo muy amplio de las piernas, un calzón normal, de esos mata pasiones, un bra viejito y una blusa suelta, me puse en friega, barrí, trapee, limpie los vidrios, decore la sala y el comedor, limpie los baños, cambie toallas, se me paso rápido el tiempo, llegó mi esposo con lo que le encargue, bueno, como siempre que va solo, pocas veces por cierto, con más cosas de las que le pedí, me lave las manos y la cara, me puse un delantal, muy gastado pero muy cómodo y comencé a hacer las tapas españolas de serrano, de langostinos, solomillo con queso de cabra, champiñones ...