1. De las barbas a la policía (capítulo tres)


    Fecha: 22/02/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... cual por nuestro lado.
    
    Aquella aventura ferroviaria con William me bastó para unos días sin que saliera a buscar nuevas aventuras o emociones, aunque a los dos días tuve la oportunidad de enrollarme en una, esperaba la guagua en una de esas noches calurosas en la avenida 41, cerca de Tropicana, lugar al que nunca había entrado, cuando vi a dos tipos que se interesaban en mí, bueno, como era un lugar de ligue, todo el mundo miraba a todo el mundo. No pasó mucho rato cuando uno de ellos, el más delgado se me acercó dándome la mano. Hablamos unas cuantas tonterías y fue directo al grano preguntándome si me dejaba singar, si quería y por último que si estaba de acuerdo iríamos a casa de un amigo de él, el otro que estaba algo apartado y que tenía una barba muy espesa y negra.
    
    - ¡Anda, la vas a pasar bien! ¿Acaso no te gusta que te singuen dos machos como nosotros dos? – me dijo con desfachatez al ver que la duda me invadia.
    
    Él otro era José, un tipo alto y robusto, todo peludo y que más tarde supe que trabajaba en la Biblioteca Nacional, dije que sí y fuimos, nos presentó y salimos caminando rumbo a la casa. Tremenda casona, de esas que hay en 5º avenida de los antiguos ricos, subimos a la segunda planta donde José tenía su dormitorio. Yo pasé al baño a lavarme, José lo había hecho en alguno de los baños de la casa, cuando salí el otro se metió a lavarse, en la cama estaba José acostado desnudo, con la pinga dura. Yo me acerqué y me senté encima de él dejando que su ...
    ... pinga rozara mi ojete y empezamos a besarnos.
    
    El otro llegó y se nos unió, tenía un buen machete y estaba muy dispuesto a usarlo y rápido. Poniéndose un preservativo me dijo que me abriera las nalgas, escupió varias veces y trató de meter su pinga, pero no pudo, de verdad que era grande y sin algo de crema o lubricante, pues costaba. Se fue al baño en busca de alguna crema, momento que José aprovechó para susurrarme al oído.
    
    - Haz que se venga rápido y regresas cuando se vaya, te quiero para mí y singarte toda la noche.
    
    No le di paso, por mucho que quiso penetrarme, no pudo. Lo hice a propósito y eso le gustó a José que me guiñaba un ojo con picardía cuando el amigo no nos veía.
    
    - Bueno, al parecer eres muy cerrado, pero ya que estamos aquí me sacas la leche mamando. – dijo el otro.
    
    No tuve otra opción que dedicarme a mamar por turno a ambos. José se apuró en venirse mientras que al otro le costaba trabajo aunque finalmente logró eyacular en mi boca. Comentó algo de que al menos tenía buena boca para mamar pero que hubiera preferido singarme. Después nos vestimos y salimos, José dijo que acompañaría a su amigo y yo cogí otro rumbo aunque solo esperaba ver que giraban para regresar y esperar a José. Al cabo de unos veinte minutos llegó José, se alegró de verme allí esperándolo. Nos besamos en el portal, subimos a su dormitorio y nos desnudamos.
    
    A José le encantaba besar, acariciar y yo salía ganando con todo ello. Fui yo quien tomó la iniciativa de sentarme sobre ...
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