1. De las barbas a la policía (capítulo tres)


    Fecha: 22/02/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... su pinga después de ensalivar bien. Él quedó encantado mirando lo que hacía, yo quizá por estar muy excitado o porque estaba acostumbrado, dejé entrar su sexo sentándome sobre él, despacio pero sin interrumpir recibiendo el doble goce que me propinaba y el que le daba a José. Fue una noche ardiente, hicimos el sexo la primera vez yo cabalgando como si fuera un jinete, besaba con pasión, no soltaba mis nalgas con sus manos grandes. La segunda vez fue en la ducha, porque al venirnos, yo le eché mi leche en su pecho. En la ducha seguimos besándonos, acariciándonos y por supuesto que no me negué a entregarme de nuevo a él. Me poseyó allí con las manos mías en la pared y el agua tibia cayendo sobre nosotros. Recuerdo que dormimos abrazados, satisfechos y cansados después de una noche tan marchosa. Por la mañana me despertó con besos y su pinga dura en mis nalgas.
    
    -¿Quiero tenerte ahora antes de que nos levantemos? - me murmuró al oído.
    
    Yo me dejé hacer, asentí y me quedé acostado bocabajo dándole la oportunidad de que me poseyera así. Me quedé con los ojos cerrados para sentir como me humedecía mi culo, como su pinga iba abriéndose paso entrando, cuando mis esfínteres se dilataron dejándolo pasar suspiré con fuerza y placer. Me singó así, suavemente mientras aguantaba mis manos y me besaba la nuca, las orejas, la cara, la boca. Yo con sus movimientos y caricias me vine antes, para él fue una sorpresa cuando me volví disculpándome de la mancha de semen en la sábana.
    
    -¿Te ...
    ... viniste solo? Ni siquiera te has tocado.
    
    -¡Papo, tú me tocaste donde debías!
    
    Recuerdo bien que mientras desayunábamos me decía lo bien que la había pasado, que así le gustaba levantarse así, con la pinga parada y singar suavemente. Me dio su teléfono y que llamara, que siempre que tuviera tiempo fuera por su casa a dormir.
    
    Comenzó así aquella interesante relación que al principio ardía por sí sola. No diría que nos amábamos pero sí que nos deseábamos. No sabía en aquel entonces que era un oso o la atracción por las barbas y vellos, él fue mi primer oso como tal porque a parte de una barba tenía mucho vello por el cuerpo, además que era enorme, grande y corpulento. Empecé a frecuentar su casa por las noches a dormir con él, y fui conociendo de él.
    
    Me contó que aquel amigo nos había visto una vez y que le dijo que sí, que estábamos con mucha frecuencia y a lo que el amigo le respondió, que yo no era buena cama. Para José era mejor, así se mantenía alejado de mí y podríamos seguir con nuestra pasión.
    
    Un día me invitó al cumpleaños de no sé qué amigo suyo, que le gustaría que yo fuera con él. La fiesta era cerca de su casa en Playa, había bastante gente y mucha bebida y comida. Era otro mundo, gente que tenía acceso a todo y se veía en la mesa y el bar. A mitad de la noche quedaban pocos y ya algunas parejas se retiraban a los rincones entre besos y caricias, nosotros no nos quedamos atrás, empezamos a besarnos, a acariciarnos y terminamos en una de las habitaciones ...
«1234...»