La irresistible
Fecha: 23/02/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos
Froilán es uno de mis mejores clientes, y no por las retribuciones que tengo de mi profesión de contador, sino por su amistad desde que lo conocí y se fortaleció con el tiempo. Fue mi profesor cuando estudié la licenciatura y algo vio en mí que insistió en que estudiara un posgrado en Investigación de Operaciones, su área de especialidad, cuando concluyera mi licenciatura. Inicié y terminé y la maestría, pero me dediqué a atender asuntos fiscales de mis clientes, donde gano bien en el despacho en el cual soy socio.
Mi amigo es profesor e investigador en la Universidad desde hace muchos años y no son malos sus ingresos, incluso tiene nivel 3 en Conacyt, pero, como mínimo, anualmente triplica dichos emolumentos por las asesorías particulares que eventualmente da cuando organismos públicos o privados solicitan apoyo urgente. Me consta pues yo le llevo sus asuntos contables.
El sábado pasado me pidió que lo recibiera en mi casa porque quería platicar conmigo. Pensé que la charla sería alrededor de las diversas inversiones que tiene y los cambios económicos que han dado inicio, pero me equivoqué.
–¡Buenas noches, Ber! Gracias por recibirme. No sé cuánto tiempo platiquemos, pero vine preparado –dijo dándome dos botellas de Brandy, al momento que le abrí la puerta.
–No tienes que agradecerme nada, Froilán, estás en tu casa –contesté tomando las botellas y le cedí el paso.
Después de organizar los vasos y copas, el recipiente con hielo, sacar unos refrescos y ...
... bocadillos de carnes frías que ya tenía preparados, le advertí que estábamos solos en casa, que nadie vendría y le pedí que se pusiera cómodo.
–Gracias –dijo y sin más, se quitó los zapatos para subir los pies en el banco– No es asunto de negocios –me advirtió–. Lo que pasa es que tengo la cabeza revuelta y quiero hablar con alguien, sobre todo discreto y de confianza, para ver si me doy cuenta del asunto que se me vino encima –concluyó.
–Tú dirás, ya sabes que no soy comunicativo –le dije, y aunque por dentro agradecía la confianza, me intrigó que hubiese algo que no podía resolver su mente prodigiosa.
–¿Recuerdas a Arcángela? –preguntó y vino a mi mente otra de mis profesoras excepcionales, tanto en la licenciatura como en la maestría y a quien Froilán le solicita apoyo en las asesorías o se las delega –Te voy a platicar desde que la conocí y los avatares de ella, y no por chismoso, sino porque forman parte de mi embrollo–. Ella tenía 15 años cuando la conocí. Entonces, como ahora, se preparaba y seleccionaba a los alumnos que deseaban participar en el concurso nacional de Matemáticas, yo apoyaba a los organizadores dando clases a uno de los grupos de inscritos. Ella estudiaba en la preparatoria que es uno de los negocios de los padres agustinos, también allí fue locutora de su estación radiodifusora, llegó a ser “La voz” que identificaba a la estación de radio, pues su voz se escuchaba cada media hora para decir qué hora era
–Sí, recuerdo su voz en el radio, mi mamá ...