Mi infidelidad y las ventanas
Fecha: 25/02/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Analucy Torelo, Fuente: CuentoRelatos
... y mis pezones se endurecieron. La puerta de la entrada cerró con toda violencia y ocasionó que se percatara de mi presencia y muy avergonzado empezó a acomodar su ropa.
-Discúlpeme por favor - balbuceó.
Pero yo no escuchaba, me dirigí directamente a su entrepierna y bajé su cierre de nuevo para acceder a su miembro que inmediatamente empezó a responder.
Me agaché para observarlo mejor, corté un trozo de papel de baño y limpié con él el orificio, de la posible orina restante. Comencé a pajearlo y sentí como sus manos se dirigieron a mis pechos inhiestos.
Sus enormes manos los abarcaron sin problema y comenzaron a apretarlos delicadamente. Mi mano se apoderó de su tolete, lo presioné con fuerza y noté que se endurecía más.
La ropa empezó a ser innecesaria, abrí el botón de sus pantalones y levanté los brazos para que el me despojara de la camiseta.
Bajé su bóxer, di un beso a su verga y la introduje en mi boca y con mucho esfuerzo empecé a hacerle una felación, como si me fuera la vida en ello. Después me quité el sujetador mientras él a su vez se quitaba el resto de la ropa.
Ya desnudos los dos me tomó con sus brazos y me levanto de las nalgas a la altura de su boca. Nos unimos en un candente beso que me hizo literalmente escurrir de deseo. Tras ese beso profundo, sus labios se apoderaron con avidez de uno de mis pezones, mientras intentaba acercar mi coño a su vergón.
Yo me sentía invadida por un deseo incontrolable, sentí su glande en contacto con ...
... mis labios vaginales. ¡Era inminente! Follaríamos.
Me vi a mí misma en ese instante congelado en el tiempo. Desnuda, siendo cargada por este bruto con la verga empalmada y lista para arremeter. Pude ver su glande apenas acariciando mi coño escurriendo de humedad.
Alejandro empezó a empujar su verga dentro de mí, apenas entraba ligeramente, se retiraba lentamente. Un segundo después, de un fuerte empellón me penetró hasta el fondo. Mi boca profirió un grito de placer al mismo tiempo que mi vagina se adaptaba a su grosor y su longitud.
Arqueé el cuerpo hacia atrás y él me sujeto muy fuerte mientras me bombeaba con fuerza. Siguió dándome con un ritmo acelerado. Mi vista se nublaba, no tardaría en correrme.
Ágilmente interrumpió un momento para voltearme y recargarme en la barra de la cocina, no puedo recordar como recorrimos el breve trayecto entre las habitaciones. Me colocó de espaldas a él sobre la barra y volvió a empalarme con su tronco.
Al tener libres las manos se apoderó, por detrás de mí de mis tetas, nuevamente arremetió muy fuerte con sus empellones desde atrás. Después de mucho bombearme, una de sus manos bajó a mi clítoris y comenzó a pajearlo levemente. Mi coño respondió con un chorro de líquido y el subsecuente orgasmo.
No parecía haberse cansado, sacó su verga de mi interior y bajó. Con su áspera lengua empezó a comerme el coño. Yo me retorcía de placer y deseaba dejarlo entrar nuevamente. Sus dedos enormes empezaron a hacerse espacio en mi culo y ...