1. ¿Nos grabamos? (I)


    Fecha: 08/03/2024, Categorías: Infidelidad Autor: dlacarne, Fuente: RelatosEróticos

    ... palpaba cierta tensión; después de que Josh hablara de mis labios, no volvimos a pronunciar una palabra más. No, al menos, hasta que comencé a verlo cansado. Estaba tan extasiada que él tenía que hacer la mayor parte del trabajo, pese a estar yo encima. Al darme cuenta, con la lujuria dibujada en mi cara y hablando por mi boca, le dije: ¿me pones a cuatro patas?
    
    Su rápida reacción fue su afirmación. Al sacar su polla noté un abismo en mi coño, no sé si alguna vez estuvo tan dilatado. Al inclinarme sobre el sofá pude notarlo mejor, seguía abierta de par en par. Josh plantó su cara en mi culo y con su lengua buscó mi coño; se coló bien adentro sin el menor esfuerzo.
    
    Pareció gustarle aquello y disfrutó de mi coño durante unos instantes, comiéndomelo con maestría, antes de volver a ensartarme. Cuando lo hizo, exploté. Fue una de las mejores sensaciones que he tenido nunca. Con cada embestida pensaba que me partía, que las piernas se me separaban. Era un terremoto que me impedía mantener la posición sin caerme. Un aluvión de placer que ...
    ... me iba a desmembrar. Me agarraba por las caderas para penetrarme mejor, pero llegué a pensar que lo hacía para que no se me abriera el cuerpo. De esta forma era imposible aguantar mucho más. Aguanté poquísimo en esta postura. Llevé mis dedos al clítoris, consiguiendo la imposible hazaña de no caerme, y lo estimulé con la misma intensidad con la que Josh me follaba.
    
    Fue algo como perder la consciencia. Continuamos follando, pero yo estaba en otra parte, flipando, incapaz de asimilar el orgasmo que estaba teniendo. Ni se ni me importa el tiempo que estuve viajando. Fueron unas palabras las que me hicieron regresar de mi trance:
    
    -¡Me voy a correr!
    
    -Córrete en mi culo – contesté casi sin haber aterrizado de Saturno.
    
    En un segundo su monstruosa polla ya no estaba en mi coño y por los cachetes de mi culo chorreaba semen, como horas antes cuando me grabé con mi novio. La realidad, con todo su peso, regresó.
    
    -¿Qué tal? - preguntó tras resoplar.
    
    -Bien – contesté. El polvo había sido la hostia, pero no se si le estaba mintiendo. 
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