¿Dará placer ridiculizar al cornudo?
Fecha: 09/03/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... intervención era para que invirtiera bien y fuera moderada en sus gastos.
Su actividad era irregular en horarios y tiempos en función de los requerimientos recibidos y ello, así como la obligaba a viajar varios días a los lugares elegidos para el modelaje, otras veces renegaba de aburrimiento, pues mi compañía estaba reducida a los rutinarios horarios de oficina. Sin embargo, nos llevábamos bien y pronto decidimos convivir, eligiendo la casa de ella que era más cómoda y adaptada para una activa vida social.
Yo mantuve mi departamento sin cambios. Amplio, muy cómodo, de tres dormitorios por si algún día quería formar familia y ubicado sobre lo que es mi estudio. Al tiempo de empezar vi que mis dos empleadas hacían malabarismos para llegar al trabajo cuando algo alteraba el funcionamiento del transporte. Tanto es así que en alguna jornada de esas, trabajaron ocho horas y viajaron cuatro, entre ida y vuelta, hasta la casita que alquilaban. Cuando los ingresos lo permitieron acordamos construir dos departamentos pequeños arriba del mío, ellas pagarían en cuotas a convenir. Hoy disfrutamos de cercanía e independencia. A la casa de Susana llevé algo de ropa y pocas cosas más.
Cuando a mi novia le tocaba viajar por algunos días me quedaba en casa y, si teníamos ganas, comíamos con Eva y María algo que hubiéramos pedido. Una de esas noches suena el teléfono.
—“Hola mi amor, ¿qué estás haciendo?”
—“Cenando”.
—“Escucho voces de mujeres”.
—“Sí, son Eva y María que ...
... vinieron a acompañarme”.
—“Se juntaron en casa?”
—“No, en la mía”.
—“Por qué no en la nuestra?”
—“Porque ahí pesa más tu ausencia”.
—“Mi amor, ya falta poco para terminar estos compromisos y en adelante no tendremos que estar separados a cada rato. Me quedan nada más que dos, pues ya acordé trabajar solamente acá Tengo que preocuparme por tus compañías femeninas?”
—“Por el momento no, más adelante no lo sé”.
—“Esa contestación no me gusta, explicate”.
—“Es simplemente que no sé predecir el futuro”.
—“Bueno, me quedo más tranquila, mañana te llamo, un beso enorme, te amo”.
—“Yo también preciosa”.
Días después recibo la infaltable llamada de Luis.
—“Hola Aníbal, ¿estás en el estudio?”
—“Sí, aquí estoy”.
—“Necesito hablar con vos, no serán más de diez minutos. Si estás disponible voy para allá”.
—“Te espero”.
Un rato más tarde lo tenía sentado frente a mí.
—“Hermano, me duele en el alma lo que voy a decirte, pero mayor sería el dolor si vos te enteraras que, sabiéndolo, me quedé callado”
—“Cagamos, esto sí que pinta mal, te escucho”.
—“Tu novia hace rato que te engaña, y lo hace en el estudio de filmación”.
—“Cómo lo supiste?”
—“Por una conversación de dos muchachos que también trabajan ahí, aunque en papeles menores. Ellos hablaban con total tranquilidad pues soy nada más que un proveedor de quien ignoran todo. Presté atención cuando uno le preguntó al otro «Ya te pajeó Susana?», «Eso es lo mínimo, pero lo que más me ...