1. ¿Dará placer ridiculizar al cornudo?


    Fecha: 09/03/2024, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... gusta es cuando el viejo dispone que se la meta por el culo», «Y le entra toda?», «Si amigo, veintidós centímetros íntegros, que algo de dolor produjeron las dos primeras veces, pero después ya se retuerce de gusto».
    
    —“Pará un segundo, Eva si tenés a mano un antiácido, serás tan amable de traérmelo. Ahora sigamos”.
    
    —“Por supuesto que quedé quieto simulando ordenar lo que había llevado y parando la oreja a lo que seguía, «Acaso don Elías es su dueño?», «Con lo que le paga, hace rato que la compró>, «Contá, contá», «No sé cómo hace, pero de todas las que trabajan aquí, esta mina es la única que logra provocarle una erección, entonces una vez al mes inventa una filmación en su quinta que es para comer, beber y coger durante tres o cuatro días. Son cuatro o cinco mujeres y la misma cantidad de hombres», «Si es esa cantidad de días, el viejo tiene muy buen rendimiento», «No, solo acaba dos veces, al llegar cuando se la chupa y el último día en que se la mete por el culo», «Y entre medio ella se aburre», «Qué se va a aburrir, coge con todos para que don Elías mire, pero sin usar la boca, que solo es de él. Y de cada reunión ella se va con lo que yo necesito para vivir seis meses», sinceramente lamento muchísimo ser mensajero de esta mierda”.
    
    —“Estás seguro que no es una fanfarronería?”
    
    —“A mí también me entró esa duda, así que con el pretexto de dejar en el escritorio el remito, me guardé cinco tarjetas de memoria de las cámaras. Después de hacer copia de tres, ...
    ... hoy llevando las facturas las volví a su lugar. Hermano, las dejo acá y te ruego me perdones porque fui yo quien te la presenté”.
    
    Apenas Luis traspuso la puerta, sin bajar las cortinas que dan privacidad al despacho, hice correr una de las tarjetas y antes de llegar al final ya estaba hecho mierda. Las escenas no dejaban lugar a dudas de que ella se prestaba con agrado a todo lo que hacían. Más aún, en determinados momentos parecía buscar algo más de lo que había dispuesto quien dirigía la filmación, y si algo faltaba para terminar de demolerme estaba la escena de mi novia con don Elías. En ese registro, relativamente corto ella, estaba arrodillada en el piso, entre las piernas del hombre, con la boca haciendo maravillas en el miembro erecto, mientras el macho ufano y sonriente le decía a los presentes «Muchachos aprendan a cuidar lo que tienen en casa para que no les pase lo mismo. El cornudo trabajando para hacerme ganar más plata mientras su bomboncito me saca la leche».
    
    Parece que mi aspecto era francamente deplorable, porque al entrar Eva con mi pedido largó una pregunta con tintes de exclamación
    
    —“¡Por Dios Aníbal, qué te sucede!”
    
    Llegar a mi lado y ver en la pantalla a Susana, gritando su placer ante las embestidas de un extraño que, encaramado en su espalda, la horadaba cual martinete neumático, hizo innecesario responder. Ahí llamó a su hermana.
    
    —“María traé alguna bebida fuerte, una taza de café bien cargado y una gaseosa fresca. No te demores por ...
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