Mis odiosas hijastras (11)
Fecha: 10/03/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
Las tres se habían enzarzado en una discusión acalorada. Incluso Rita, alarmada por cómo levantaban la voz, se había acercado para empezar a ladrar, aunque no tenía en claro contra quien hacerlo, pues le guardaba cierta fidelidad a las tres. Por lo visto, Sami había tirado una especie de minibomba nuclear. “¿Y si le contamos todo a Adri?”, había preguntado.
—Yo no tengo nada que contarle a este —había dicho Valentina, con cierto desdén. Aunque me daba cuenta de que su brusquedad no se debía a que estuviera molesta conmigo, sino que la propuesta de Sami la había violentado y se la había agarrado conmigo.
Afuera se escuchó un potentísimo trueno. El día se había puesto tan negro que aunque estábamos con las persianas totalmente abiertas, ya no entraba ninguna claridad, por lo que otra vez la oscuridad era nuestra compañía. Una vez más, el viento fuerte que se estaba levantando y la lluvia que ya caía contra el asfalto nos anunciaban que íbamos a pasar todo el día juntos.
—Pero es verdad, a mamá no le vendría mal un escarmiento —dijo Agostina, y entonces todas hicieron silencio.
—¿Y por qué necesitaría un escarmiento Mariel? —pregunté, aprovechando que por fin se habían calmado un poco.
—Porque es una hipócrita —dijo Valentina.
—Porque nos usó desde chicas solo para corroborar sus teorías —agregó Agos.
—Porque no nos protege —dijo Sami.
Las otras dos se quedaron mirando a la más pequeña de sus hermanas. Era evidente que no sabían en detalle el motivo del ...
... encono que tenía contra Mariel.
—No sé qué carajos tienen en mente. Pero no voy a dejar que me usen para una venganza entre ustedes —dije, tajante.
—No te hagas el orgulloso. Mamá te va a echar mañana mismo, y vos no tenés donde caerte muerto. Si no nos seguís la corriente, vas a terminar en la calle —dijo Valentina, con un grado de malicia que no debía sorprenderme, pero sin embargo me hirió.
—Valu, no seas bestia. ¿Pensás que es fácil no tener dónde vivir? —le recriminó Agos, y luego, dirigiéndose a mí, agregó—. Pero es cierto Adri. Mamá no va a tener piedad de vos. Ya vimos cómo humillaba a otras parejas.
—Si tanto se preocupan por mí, díganle que no hice nada y listo. Díganle que no accedí a ninguna de sus insinuaciones.
En la sala penumbrosa vi cómo intercambiaban miradas unas con otras. Por lo visto no habían pensado en esa posibilidad. Quizás una estaba convencida de que la otra contaría lo que sucedió conmigo, y entonces la que no dijera nada quedaría expuesta como una mentirosa. Ya me habían contado de lo meticulosa que era mi mujer a la hora de sacarles información. Pero si todas hacían una promesa de silencio quizás nadie saldría afectado.
—¿Y entonces qué? ¿Seguiríamos viviendo como si nada hubiera pasado? —Intervino Valentina—. ¿Vos estarías dispuesto a seguir en pareja con una mujer que además de meterte los cuernos, manda a tus hijastras a levantarte para que quedes como el malo de la película?
Mierda, la adolescente tetona tenía un punto. ...