1. Nuestro primer e inesperado trío (parte 2)


    Fecha: 29/03/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: MarcoAntonio94, Fuente: CuentoRelatos

    ... con un intenso orgasmo. Ignoro cuánto semen expulsó mi pene, pero Ana sustrajo hasta la última gota y tragó.
    
    - ¡Qué delicia de lechitas, mis amores! – Ana estaba satisfecha. Llenó de nuevo las copas y nos entregó las nuestras – se han portado bien, pero esto aún no acaba – se sentó entre ambos, Fernando había recobrado un poco la compostura y logrado sentarse – les daré unos minutos para que se repongan.
    
    - Pensé que esto era todo – dijo Fernando.
    
    - Claro que no, querido – Ana se echó a reír – un hombre puede eyacular cantidades decentes hasta 3 veces en un día. Quiero que ambos me llenen 3 veces hoy. Beban, relajémonos un rato, que aún les falta batalla.
    
    Los tres nos relajamos un rato. La música seguía, apenas era medio día y nuestras bebidas nos relajaban sin llegar a embriagarnos. La plática giraba aún en torno al sexo.
    
    - Bueno, mi amor – le pregunté – ya en confianza, ¿qué lechita te gustó más?
    
    - Pues es como las pollas, mi vida. Ahora que puedo decir que soy una “hotwife” – dejó escapar una risa – puedo decir que ambos penes tienen sabores muy particulares, me gustan ambos, y que cada semen tiene su propio sabor, ambos son muy ricos.
    
    - Entonces ¿serías capaz de diferenciar quien se está viniendo en tu boca por el puro sabor de su semen? – preguntó Fernando.
    
    - Claro, así como podría identificarlos por cómo se sienten sus pollas dentro de mí – respondió Ana, orgullosa.
    
    - No te creo – Fernando seguía incrédulo.
    
    - De verdad. Mira, te lo voy a ...
    ... demostrar – Ana se agachó y volvió a despertar nuestros penes con un sexo oral magnífico.
    
    No le costó mucho hacerlo, pues gracias a la estimulante plática y a la increíble vista de su desnudez ya estábamos a medio camino. Cuando logró que nuestras herramientas estuvieran de nuevo bastante duras, se hincó sobre el sillón y reclinó su cuerpo sobre el respaldo, dándonos la espalda y parando lo más que podía su delicioso culo.
    
    - Voy a cerrar los ojos – cosa que hizo y abrió ligeramente sus piernas – ustedes, sin hacer ruidos van a penetrarme y yo trataré de adivinar quién es.
    
    Entusiasmados, Fernando y yo jugamos “piedra, papel o tijera” para ver quién tenía el primer turno. Gané yo, así que con mucho cuidado tomé a mi esposa de la cintura y la penetré. Seguía mojada y mi pene se deslizó con suavidad en su interior.
    
    - Mmhhh cómo no voy a reconocer esa verga, si es la de mi marido.
    
    Los tres reímos y volvimos a jugar para ver quién tenía el próximo turno. Gané de nuevo yo y, para poner las cosas difíciles, penetré a mi esposa sin usar mis manos, por si eso me delataba.
    
    - ¿Otra vez tú, mi amor? – Ana volvía a adivinar.
    
    Siguiente ronda, ganó Fernando. Para que no sospechara nada se untó un poco de lubricante sobre su verga, para que entrara mejor y no alcanzara a sentir los relieves.
    
    - Esa es inconfundible, eres tú, Fernando – Ana se echó a reír – se los dije.
    
    - Para mí que estás haciendo trampa – Fernando seguía dentro de ella.
    
    - No, te juro que no – Ana ...
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