Nuestro primer e inesperado trío (parte 2)
Fecha: 29/03/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: MarcoAntonio94, Fuente: CuentoRelatos
... ser un caballero. Me hizo una seña para que me acercara, cuando Ana me sintió, comenzó a masturbarme. Era evidente que también se lo estaba haciendo a él.
Ana cambiaba de uno a otro, siempre masturbando a ambos de manera muy discreta.
- Contrólense y no se vayan a venir, ¿eh? β dijo al tomarse una pausa, sus manos seguían moviéndose β me deben durar mucho hoy. Además, no creo que el semen se diluya con esta agua β los tres reímos.
- Ya sabes que yo aguanto, mi cielo β le acaricié una bubi.
- Yo haré lo que pueda β Fernando acariciaba el trasero de Ana.
Los besos se reanudaron. Ana llevaba el ritmo y no estaba precipitando nada. Cada beso, caricia y movimiento de su muñeca eran lentos, si sentía que uno se emocionaba demasiado apretaba su glande para bajar un poco la erección y continuar.
El cielo se oscurecía.
- ¡Para, para! β imploró Fernando β no mames deja camino, que casi me vengo.
- Yo también que comienzo a sentir que mis huevos hormiguean β le dije a Ana, que detuvo sus manos y nos liberó.
- Deben aguantar más, mis amores β Ana estaba satisfecha con nuestras reacciones.
- Es que la jalas bien rico, mi cielo β le contesté.
- Si, además como a ti no te están masturbando, te es fácil decirlo β le reclamó Fernando β eso me da una idea. Ana, ponte tu tanga, vas a nadar.
- ¿Voy a nadar o me vas a hacer algo? β Ana obedeció y se puso su prenda.
- Ambas.
Fernando tomó a mi mujer y la cargó en sus brazos, luego la giró boca abajo, ...
... con su brazo izquierdo sujetándola de los pechos, evitando que se sumergiera demasiado y su brazo derecho sujetando su cintura.
- Marco, el primer turno te corresponde, ven.
- No entiendo β decía Ana mientras simulaba nadar. Yo me acerqué a ellos.
- Ahora entenderás. Marco tómala de su bubi derecha, yo de la izquierda β lo hicimos β ahora, mientras yo la tomo de la cintura tu mete la mano entre sus piernas y hazle lo que nos hizo. A ver cuánto dura y ahorita cambiamos de turno.
Jamás se me habría ocurrido algo así. Parecía que le enseñábamos a nadar, pero en realidad le dábamos placer. Cada vuelta a la piscina cambiábamos y al otro le tocaba masturbarla. Ana gemía y reía, sus pezones duros en nuestras manos confirmaban que lo estaba gozando.
A la cuarta vuelta las nubes por fin dejaron caer la lluvia. No era una simple llovizna, sino una lluvia en forma pero que tampoco llegaba a tormenta.
- ¡Nuestras cosas! β Fernando terminó el juego, salió del agua completamente desnudo y corrió a las toallas y celulares, las tomó y colocó dentro de la casa, justo a la entrada. Regresó y dio un salto al agua.
- ¿No deberíamos salir? β dijo mi mujer una vez que Fernando emergió.
- No creo que nos podamos mojar más β le contesté entre risas β además eso garantiza algo: no más rondines del vigilante.
- Si, pero el aire frío nos puede hacer daño.
- Si la lluvia empeora, salimos, mientras sigamos jugando β propuso Fernando.
Decidimos cambiar de juego, pero ya no ...