Confidencias 20 Alberto me prueba
Fecha: 18/10/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... besas Alberto. -A mí me gusta como sabe tu boca, te deseo Oriol, desde aquel momento en que por poco me matas, ahora no podré vivir sin besarte y abrazar tu bonito cuerpo, pienso en ti continuamente y no me dejas dormir. Me apretaba hasta hacerme daño y aplastaba los labios en mi cara queriendo traspasarme la piel. Caí de espaldas a propósito y le llevé conmigo para sentir nuestros cuerpos pegados mientras nos besábamos sin cesar, besos sonoros y otros sin ruido y así estuvimos mucho tiempo, más del que debíamos y no podíamos parar sintiéndonos excitados, con los bultos de nuestras entrepiernas frotándose deseosas de encontrase sin ropa. Me mordía la oreja mientras le abrazaba el cuello apretándolo contra mi pecho para que no se me escapara. Metió la mano debajo de mi camisa y me miró suplicante. -¿Puedo? Me pedía permiso para acariciarme, no lo podía creer. -¿Quieres que follemos? -No, follarte no cariño, quiero que hagamos el amor. Fue mi permiso tácito para que comenzara a quitarme la ropa inquieto e impaciente, lleve la mano para tocarle el miembro viril sobre el pantalón, estaba sumamente excitado y gruñó como si le hubiera hecho daño. Me había quitado la camisa y lamía mis tetillas, y se apartó para mirarme intranquilo. -¿Lo has hecho alguna vez? Asentí con la cabeza. -¿Y tú? Sonrió con suficiencia. La imagen de su amigo de la foto volvió a mi cabeza. -Sí amor ya he follado algunos culitos y también me lo han hecho a mí. Me sorprendió lo extensa de la respuesta, ...
... pero él no cesaba de lamerme el pecho hasta llegar al abdomen donde se detenía lamiendo los ligeros desniveles de los abdominales, y comenzó a tirar de mis pantalones muy ajustados como los suyos. -Espera, ya me los quito yo. En un momento estaba desnudo ante él que miraba el conjunto absorto, mi pene apuntando hacia su cara y me di la vuela para que viera el conjunto, por detrás y por delante. -¡Eres como una diosa! Maravillosa y divina. Me abrazó y empezó a lamerme la polla sin tocarla con la mano, solo la lengua la rozaba el glande sin terminar de salir del prepucio y ya con una gota de flujo en el agujero de la uretra. -Deja que te denude Albero, quiero verte. Se quedó parado esperando mi acción. Acaricié su cintura antes de deslizarle la camiseta que llevaba puesta para ver ese delgado cuerpo con músculos estirados y duros, su abdomen era soberbio y marcado aunque fuera flaco, una densa capa de vellos le ocultaba el ombligo subiendo un par de centímetros, no tenía un pectoral de película como los de Pablo y Erico, el suyo no tenía los cuadrados marcados, incluso tenía algo de tetitas con grandes aureolas morenas y pezones pequeñitos adornados con algunos vellos formando un circulo curioso, como si fueran adoradores del centro vital de sus pechos, de sus sobacos le salían largos y duros pelos. Su hermosura y perfección no podía compararse con las mi primo y Pablo pero me enamoraba y cohibía al mismo tiempo, Adri, sentía mareos con solo verle deseándolo. Saqué su camiseta ...