Decía que respetaba a la mujer de los amigos
Fecha: 02/04/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... tu esposa en cuatro, con los codos en el piso, tomándose la cabeza con las manos y gritando, no de dolor sino de placer. Dolor que aumenta cuando ves que quien le estruja las tetas mientras la penetra desde atrás es tu amigo”.
- “. . .”
- “Sí, ya inicié la venganza. Ayer, con tres tiros se acabó el corneador que descansa bajo tierra al lado del río”.
- “. . .”
- “No, el pico y la pala son usadas por dos jóvenes contratados. Hoy ya están preparando el pozo siguiente”.
- “. . .”
- “Por supuesto, mañana le toca. Soy tonto pero no al extremo, no me tragué el sapo de que la obligaron mediante chantaje, de su eterno amor o de su promesa de fidelidad nunca quebrada por propia voluntad”.
- “. . .”
- “En eso no hay peligro, solo se escucha un suave «bam» y el ruido de la corredera al retroceder para expulsar vaina y entrar en recámara un nuevo proyectil. Cuando termine te aviso cómo anduvo”.
Al cortar la comunicación escuché pasos que rápido se alejaban, señal de que la infiel estaba al tanto de la conversación.
Al día siguiente, cuando regresé del trabajo, Graciela no estaba y, a primera vista, se había llevado sus cosas de uso diario. Las señales seguían siendo buenas. Cené y luego de ver algo de televisión me acosté y dormí bien con la ayuda de un sedante. El sonido del despertador me ayudó a despabilarme y comprobar que seguía solo. Salí un rato antes de lo habitual ya que deseaba pasar por la seccional de policía y hacer la denuncia, pues ella no ...
... pasaba una noche fuera, a lo más llegaba de madrugada si la salida con amigas se prolongaba, pero siempre de alguna manera, me lo hacía saber.
Antes de salir llamé a las amigas preguntando si ellas tenían alguna noticia. Ninguna supo decirme algo, aunque dos respuestas fueron con cierta vacilación. Hecha esa elemental búsqueda, nada más que para aparentar preocupación fui a la seccional de policía para hacerles saber mi temor de que hubiera tenido algún percance, pues cuando salía, si estimaba una demora fuera de lo habitual me avisaba, y ya habían pasado veinticuatro horas sin noticias.
El agente que me atendía, después de registrar mis datos y los de mi esposa me pidió esperar un momento. A los pocos minutos regresó acompañado por otro, cuyas insignias de grado indicaban alguien de mayor jerarquía, quien me interrogó.
- “Sr Atilio Gálvez, me permite su documento?”
- “Encantado, ahí lo tiene”.
- “Me dice el agente que viene a informar la ausencia anormal de su esposa Graciela Torres”.
- “Así es, hace un poco más de un día que no tengo noticias de ella y eso hasta ahora nunca había sucedido”.
- “Vea, ayer vino su esposa para denunciar que usted había matado a su amante y ahora pretendía hacerlo con ella, y por eso había abandonado precipitadamente la casa estando usted en el trabajo. Va a quedar detenido hasta tanto lo disponga el juez. Quiere llamar un abogado?”.
- “No creo necesitar abogado porque seguramente esto es una confusión. Que mi mujer tenga un ...