Cita por la web
Fecha: 04/04/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Theresa1986, Fuente: CuentoRelatos
Todavía estaba en el último año de bachillerato. Estudiar no era fácil para mí, los exámenes se venían como una especie de terrible nube de tormenta, capaz de golpear con un rayo a todos aquellos que, por su estupidez, no podían memorizar el material del plan de estudios. Pero, a pesar de todos mis temores sobre los exámenes, yo llevó un estilo de vida extremadamente hedonista. Las reuniones diarias con amigos, fiestas y otras actividades extremadamente improductivas acaparaban todo el tiempo. Mi novio de entonces (en esta historia lo llamaré Mauro) estaba muy insatisfecho con mi desempeño académico, él se preparaba diligentemente para ingresar a la universidad. Con el tiempo cambió su enojo por misericordia y clausuró temporalmente sus reclamos sobre mi educación.
Ya les presenté brevemente mi vida en ese momento. Sin esta información, mi historia no estaría completa y mi motivación no sería clara para el lector. En un día normal, cuando hablaba por teléfono con mi amiga María y le contaba los temores que a veces me visitaban sobre el estudio y la vida posterior, me aconsejaba una forma fácil de ganar dinero, a saber, vender mis fotos eróticas usando aplicaciones de citas.
- Hay muchos tipos pervertidos - dijo María - podés ganar dinero extra por una tarifa.
La educación paga fue una verdadera salvación para mí, porque entonces la cantidad de puntaje que necesito para obtener en el examen se reduce notablemente. Por otra parte, mi familia no tenía suficientes ...
... recursos económicos para pagar el cien por ciento del costo de los estudios.
- ¿Y si Mauro se entera? - le pregunté.
“Él no lo sabrá'', dijo mi amiga con confianza, “sólo si estuviera presente'', dijo y se rio tan fuerte que su madre, que entonces estaba ocupada con la cena, se distrajo de la cocina para insinuar a su hija que no estaba sola en el apartamento.
- En general, comunicate sólo con hombres de más de 35 años, ahí está el dinero principal -dijo la bromista calmada- entre ellos hay muchas personas casadas que quieren jugar un poco sin daño para el matrimonio y están dispuestas a pagar buen dinero por la indecencia.
Después de que soltó esta "bomba" de palabras, María volvió a reír a carcajadas y, al oír pasos en el pasillo, se despidió apresuradamente, refiriéndose a algunos asuntos. Yo me quedé sentada sola con mis pensamientos, alimentando mi interés en ese tipo de ganancias. Me vino a la cabeza el razonamiento de que esto es completamente repugnante y erróneo, y que definitivamente no vale la pena hacerlo.
Dejé pasar un día. A la noche siguiente, bajé a mi celular una aplicación de citas, que no es la más popular, pero al mismo tiempo recomendada por mi amiga. Tan pronto como la instalé, casi de inmediato comencé a recibir gran cantidad de ofertas para una reunión, una cita, sexo, etc. De todos estos fans, elegí a los hombres que tenían más de treinta años y me ofrecí a vender mi comunicación virtual íntima y fotos picantes por dinero. Aproximadamente el ...