1. Cita por la web


    Fecha: 04/04/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Theresa1986, Fuente: CuentoRelatos

    ... sesenta por ciento de los hombres estuvo de acuerdo, en un día podría ganar alrededor de dos mil pesos. Este era el resultado esperado. Mi apariencia es dulce y sexy: cabellos castaños con labios finos, un físico atlético, aunque estoy bastante lejos de los deportes, altura 1.60, trasero de 94 centímetros, pechos 88. Y aunque al principio estaba avergonzada, después de los primeros cinco clientes me di cuenta de que esa comunicación tan íntima me excitaba un poco. Posteriormente, comencé a acariciarme durante la charla, con el fin de adquirir la actitud adecuada y satisfacer al cliente, estimulando su lujuria. Este enfoque me llevó al hecho de que algunos de los hombres se convirtieron en patrocinadores habituales. Pero incluso esto me pareció insuficiente. Tratando de mejorar mis habilidades en el placer virtual de los hombres, comencé a corresponder usando un lenguaje sucio, con expresiones vulgares. Es cierto que me tomaba mucho tiempo eso de las fotografías y la correspondencia íntima, y tuve que dejar a un lado mis reuniones con amigos y con mi novio. Justamente mi novio fue el que más sufrió por esto; teníamos mucho menos sexo.
    
    Para mí y los hombres de la aplicación, todo empezaba y terminaba online, sin encuentros reales ni sexo. Aunque hubo muchas ofertas que partieron desde 3.000 la hora llegando hasta 5.000. El dinero no estaba mal, mi precio era como el de una prostituta VIP. Con todo, no quería esto, y para ser sincera, tenía miedo de encuentros con clientes. ...
    ... Pero cada persona tiene su precio. Una vez me escribió un hombre, que se llamaba Ignacio, tenía 54 años y se dedicaba a un negocio de transporte de carga. Rechazó mi oferta sobre sexo en línea, argumentando que estaba centrado en la "vida real", pero presentó una contraoferta: hacerle compañía durante una noche por 10.000 pesos. Para mí, esa cantidad era bastante grande. Le escribí un mensaje diciéndole de que no estaba ahí por sexo a cambio de dinero. A lo que me respondió que no pretendía sexo, sino que estaba pagando ese dinero para que yo fuera a un restaurante con él. ¿Diez mil solo para una reunión? ¡Qué delirio! Pero mi amiga se ofreció a llamar por video para que yo pudiera asegurarme de que se lo podía aceptar. No muy convencida estuve de acuerdo. Quedamos hacer una video llamada por WhatsApp. Al llamar a Ignacio, me di cuenta de que tenía dinero. ¿Cómo? Primero que nada, por su apartamento. Suelo de mármol y chimenea, columnas antiguas, candelabros dorados, etc. Cada detalle de su casa parecía increíblemente caro. Y el propio Ignacio se veía muy bien para su edad: un rostro agradable y saludable, una espalda ancha, sin barriga y brazos bastante musculosos. También es importante tener en cuenta de que no tenía un solo cabello en la cabeza aparte de las cejas. Mi conversación con él fue divertida y fácil, aunque pensé que no podría descuidarme. Bromeamos, nos reimos y concertamos una cita para dentro de dos días. Acepté solo porque Ignacio me causó muy buena impresión. ...
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