1. Sólo puedo por detrás


    Fecha: 09/04/2024, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... máquina de coger. Tres leches me ha sacado y no soy un niño.
    
    - No te preocupes, creo que ella ha quedado saciada.
    
    Cayó dormido enseguida, apenas se tumbó, me quedé pensando en que aquella máquina debía haber tomado algo para tantos disparos. Y también me dormí dándole vueltas a la pasta que me iba a llevar.
    
    El día siguiente comenzó tranquilo, desayuno en el comedor con vistas al mar, y vestirnos para ir a ver cómo iba la exposición. Yo le recordé al pintor que no tenía ropa para cambiarme, así que antes de pasar por la sala lo hicimos por el Corte Inglés. Yo iba con una túnica que me había dado Alberto debajo nada. Una breve incursión por lencería, bragas , sujetadores, un corsé, un liguero, cuatro pares de medias, todo de la Perla, dos blusas, una de Pedro Hierro y otra de Adolfo Domínguez, y de este último una falda larga hasta la rodilla y unos pantalones. Apenas tardé y mientras me cambiaba, Gualterio pagó.
    
    - Tony, eres rápida comprando y tienes buen gusto. - me dijo el marquesito que nos esperaba.- eliges bien, no lo más caro, pero sí lo suficiente. Vas monísima con esos pantalones y esa blusa sobre azules, juegan con tu bronceado y con el color de tu cabello.
    
    El joven sabía elogiar, porque estaba elegante más que explosiva. La sala donde se iba a celebrar la exposición estaba en un palacete cerca de la catedral. ¿ Qué podía decir de la pintura de Gualterio? . Que era vendible, comercial, valía lo mismo para un salón que para una sala de juntas, todos los ...
    ... estilos pero muy comercialero, no pasaría a la historia del arte pero ganaba pasta. Y lo que era impresionante era la presentación, sin prestar mucha atención, podías creer que estabas en una mezcla de Reina Sofía y el d´Orsay. Había que descubrirse ante el joven marqués , sabía cómo resaltar lo bueno de cada cosa .
    
    Echaron todo el día a repasar cada detalle de la exposición, yo callada, de dama de compañía. Apenas comimos, sólo probamos los productos de la copa de la inauguración.
    
    Nos fuimos a vestir, yo tenía sobre la cama el corpiño y la malla de pedrería, me los puse , eso sí no quería incendiar nada, así que debajo llevaba un sujetador y una braguita mínimos. La marquesa , una túnica semitransparente azul cielo, que le daba un aire de musa etérea y erótica. Los hombres, trajes azul oscuro, camisas rosa pálido, sin corbata el pintor y con pajarita Alberto. Éramos la representación de la elegancia, yo un poco explosiva.
    
    A las siete empezaba el acto, poco a poco fueron llegando los invitados y posibles compradores, un poco antes de las ocho, para que saliera en televi sión, le hicieron un reportaje a Gualterio. El tío era un borde pero se sabía vender. El coktail estuvo animado, me di cuenta que la venta iba muy bien. El pintor firmaba catálogos de la exposición y yo no me separaba de él, como buena guardaespaldas.
    
    A las diez y media el show se cerraba. Una serie de personas se quedaron cerrando ventas con el marquesito. Era hora de cenar. Yo tenía hambre. Nos ...
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