Día y noche
Fecha: 18/04/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... cogió sus miembros y empezó a moverlos al unísono con lentitud. Unos cuantos meneos bastaron para que terminaran de endurecerse en sus manos. El cruce de miradas cómplices, la lascivia tácita y el morbo implícito hicieron sonar la campana del segundo asalto. El galán se colocó a la fulana encima de él y se emborrachó de su boca. Su lengua se enroscó en la de ella, cual tornillo engrasado. Valera cogió otro condón, asió la verga del galán y la enfundó, después se la encaró dejándose caer hasta que sus nalgas saludaron a las pelotas. Seguidamente inició la cabalgada sobre su montura, por consiguiente, cerró los ojos, sincronizó el movimiento y el placer regresó a su coño con renovado ímpetu. Cuando los abrió el cipote informe avanzaba hacia su boca como una saeta hacia su presa. La cirujana abrió sus fauces y el exaltado ejecutivo se la folló. Chupó, mamó y ensalivó el pilón de carne en aras de engullirlo por completo, sin embargo, le resultó una hazaña impracticable, por lo que desistió en el empeño dedicándose a mamar tan sólo lo que podía engullir. El hombre le sacaba su arma de tanto en tanto para propinarle sendos pollazos en la cara, después se la volvía a meter en la boca repitiendo el ritual mientras duró la mamada. Posteriormente abandonó la privilegiada posición para atender la retaguardia de la joven doctora.
Ensalivó su dedo corazón y se lo introdujo en el ano mientras ella saltaba sobre la verga del socio. Valera notó la extremidad abriéndose paso en su ...
... esfínter y como ésta entraba y salía buscando su dilatación. El placer se incrementó de forma sustancial y con él los gemidos, por tanto, cuando el ejecutivo lo consideró oportuno detuvo la práctica, envolvió su polla con el condón, se acomodó en cuclillas detrás de ella, posicionó el glande en el ojete y presionó con suavidad. Esta vez la joven se quejó, pero su empotrador no se detuvo y siguió presionando un poco más, por lo que un dolor agudo se instaló en el pequeño orificio atenuando el placer hasta desvanecerse por completo y convertirse poco después en un suplicio. El hombre de barba empujó con más fuerza y Valera gritó quejándose y pidiéndole al energúmeno que se detuviera, por el contrario, y haciendo caso omiso, éste la agarró del pelo a modo de riendas y siguió embistiendo con más fuerza.
—Vamos puta, no te quejes y mueve el culo, joder, —le ordenó mientras intentaba alojarla toda en el estrecho orificio.
Valera se encontraba aprisionada en un sándwich de carne sin posibilidad alguna de zafarse. Era algo que esperaba, pero con lo que no había contado era con el calibre desproporcionado del troglodita que ahora estaba ensartándola con determinación con el propósito de reventarle el culo.
Por segunda vez le suplicó que parara, pero de nuevo, el ejecutivo, —convertido ahora en su verdugo— aceleró el ritmo de las acometidas buscando únicamente su placer. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas formando riachuelos ennegrecidos a causa del rímel. Su radiante rostro se ...