1. Amigos de la niñez


    Fecha: 23/04/2024, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Cuando levanté la cabeza abrí la boca sorprendida. Salva se había quedado en calzoncillos y se estaba metiendo. Antes de que entrara y se tumbara para que el agua le cubriera me dio tiempo a apreciar su cuerpo. Tenía los brazos musculosos, unos pectorales fuertes y abdominales ligeramente marcados. Cuando mi mirada bajó a sus partes masculinas y aprecié el paquete que se marcaba aparté la vista ruborizada.
    
    —¿Qué haces? — pregunté azorada.
    
    —Me baño. El agua está estupenda. Métete tú también.
    
    —No he traído bañador.
    
    —Jajaja, yo tampoco, como ya has visto.
    
    —Idiota, me has tomado por sorpresa.
    
    —Jajaja, anda métete que se agradece el agua fría.
    
    —No.
    
    —Como quieras, pero te recuerdo que ya te he visto desnuda. Si hasta hemos dormido juntos.
    
    Era cierto, pero no era lo mismo. La última vez que nos vimos Salva tenía doce años y no se fijaba en las chicas. Le interesaba más dar patadas a las piedras que el cuerpo de las mujeres.
    
    Estuve un rato sentada a la sombra intentando no mirar a Salva. No lo conseguí. Estaba casi todo el tiempo cubierto por el agua, pero de vez en cuando se levantaba y los calzoncillos marcaban su anatomía de forma interesante. Parecía estar en la gloria, así que al final me decidí y me quité la ropa. Me metí en el arroyo solo con la ropa interior. A toda prisa porque me daba vergüenza. Si lo hubiera sabido habría venido con el bikini, pero llevaba un sujetador sencillo blanco de algodón y unas braguitas. No usaba tanga, me ...
    ... resultaban incómodos, pero usaba braguitas pequeñas que tapaban solo la mitad de mi trasero. Tapándome con los brazos como pude me metí jadeando al sentir el agua fría. Tenía razón Salva. Se estaba genial.
    
    Mi amigo no perdió el tiempo, en cuanto entré me salpicó. Eso hizo inevitable lo siguiente : “¡guerra!”. Nos lo pasamos genial, no recordaba habérmelo pasado tan bien en mucho tiempo. Me daba cuenta que Salva miraba mis pechos, el agua fría me había puesto los pezones erectos y resaltaban bajo la tela, pero como yo también miraba su virilidad, que cada vez parecía más grande expuesta bajo la tela húmeda de sus calzoncillos no me importó. Estábamos empate. Terminamos respirando afanosamente sentados juntos en la charca, con el agua hasta el cuello.
    
    —Tengo frio — dije finalmente. A pesar de nuestro jueguecito me daba corte salir del agua y exponerme ante Salva —. ¿Miras para otro lado mientras salgo?
    
    —Claro — me dijo riéndose entre dientes.
    
    —No mires.
    
    —Prometido.
    
    Salí y me encontré un dilema. No me apetecía vestirme con la ropa interior mojada ni esperar a secarme. Terminé quitándomela y vistiéndome sin ropa interior.
    
    —Ya puedes salir — le dije cuando estaba tapada.
    
    Salva salió del agua.
    
    —Estás mucho mejor que antes — me dijo mirando mi pecho.
    
    Al tener el cuerpo mojado la camiseta se me había pegado a los pechos y se transparentaba todo.
    
    —Vístete, salido. Me doy la vuelta.
    
    Me giré hasta que me indicó. Realmente no estaba molesta, una parte de mí ...
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