1. Amigos de la niñez


    Fecha: 23/04/2024, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... las fotos.
    
    —Por cierto, Rosa. Es la primera vez que una chica me manda fotos, aunque hubiera preferido que fueran tuyas.
    
    —Jajaja, ¿y qué te hace suponer que al menos una no era mía? — contesté siguiendo el cachondeíto.
    
    —¿Qué?
    
    Salva se paró y sacó el móvil. Enseguida encontró las fotos y las iba pasando comparándolas conmigo. Me dio mucho apuro.
    
    —Quita, por favor. No me hagas avergonzarme — le aparté el móvil.
    
    —¿De verdad que una es tuya?
    
    —Yo no he dicho eso — hice una pausa —. Tampoco lo contrario.
    
    —Jajaja, ¿y tú te preocupas por mi salud mental?
    
    —Creo que eres una caso imposible, jajaja.
    
    Esta vez, al despedirnos, me agarró con un brazo de la cintura. Me besó la mejilla y me preguntó :
    
    —¿Repetimos mañana la excursión al pinar?
    
    Seguía abrazada por él. Levanté la cabeza para contestarle. Nuestros rostros estaban a escasos centímetros.
    
    —Claro, no hay mucho más que hacer.
    
    Salva no me soltaba y yo tampoco quería, creí que iba a besarme. Como no se animaba me separé.
    
    —Hasta mañana — le dije entrando en casa.
    
    —Hasta mañana, cariño.
    
    Cené con la familia y subí a acostarme. Pensé mucho en lo que estaba pasando con Salva. Le encontraba guapísimo y nos llevábamos genial, como cuando éramos niños. Ahora la relación podía ser muy distinta, claro. ¿Quería algo más con él? Di muchas vueltas al tema. Vivíamos en ciudades distintas y en menos de quince días yo me iría. Sufriría mucho si me enamoraba y teníamos que separarnos. ¿Rollo de ...
    ... verano? No — me contesté a mí misma —. Aparte de que no me iban esas cosas no me veía capaz de no implicarme más que eso y no poner el corazón en el asunto. Me quedé dormida sin haber decidido nada.
    
    Para el día siguiente estaba preparada. Bajo la ropa me puse un bikini, me reí pensando en la decepción que se llevaría Salva. Cuando llegó me sorprendió la mochila que llevaba a la espalda.
    
    —¿Qué traes? — le pregunté.
    
    —He pensado que estaría bien comer allí, ¿te apetece?
    
    —Genial.
    
    —Solo he traído unos bocadillos, ¿por qué no coges una tolla por si nos bañamos? Cabe en la mochila.
    
    Le dije a mi madre que no me esperara para comer y me fui tan contenta con Salva. Habían desaparecido mis miedos de la noche anterior, no es que no los tuviera, es que en ese momento no quería pensarlo. Me limitaría a pasarlo bien con la compañía de Salva. La otra opción era quedarme todo el día en casa y no estaba dispuesta.
    
    Recorrimos otra zona distinta del pinar, hicimos una apuesta a ver quién veía más ardillas. Como ganó él, tuve que cantar, que era lo que apostamos. Me hizo subir a una piedra y ahí canté para él. Canto horrible, pero aguanté sus risas hasta que terminé la canción. Espero que Malú no me lo tenga en cuenta. Después de andar un rato más acabamos en el arroyo. Hoy fui yo la primera que se quitó la ropa. En cuanto me quedé en bikini le miré desafiante. Me llevé un chasco cuando le vi en bañador. ¡Maldición!
    
    Jugamos un buen rato en el agua hasta que nos entró frio. Luego ...
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