1. Amigos de la niñez


    Fecha: 23/04/2024, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... también. Enseguida salimos para el pueblo vecino, Zanzarria. Era un pueblo de unos mil habitantes. Lo único que recordaba de él era una gran plaza donde alguna vez me llevaron mis padres.
    
    Mi madre condujo con mi abuela a su lado. Salva y yo en el asiento de atrás. Tardaríamos una media hora en llegar a Zanzarria. Aparcamos en las afueras y caminamos hasta la plaza. Estaba llena de farolillos y ristras de banderitas colgantes. Todo el perímetro estaba cubierto con mesas que atendían los tres bares de la plaza. Al fondo había un escenario donde más tarde tocaría la banda. Es curioso cómo en pueblos tan pequeños hay tantos bares y se contrata un pedazo de orquesta para las fiestas. He llegado a pensar que si no llevan a bandas similares a los Rolling Stones echan al alcalde en las siguientes elecciones, jajaja.
    
    La plaza estaba llena de gente de todas las edades, aunque la edad media era alta, afortunadamente se veía algo de juventud. Mi abuela enseguida ocupó una mesa que dejaban libre en ese momento.
    
    —Rosa, Salva, tomaos una cervecita con nosotras. Luego podéis ir a vuestro aire — nos dijo haciendo un gesto señalando las sillas libres.
    
    Nos sentamos con ellas y esperaron a que nos pusieran la cervecita para empezar a pincharnos.
    
    —Entonces, Salva — dijo mi madre —, supongo que te habrás alegrado de encontrar a Rosa.
    
    —Sí, señora, mucho.
    
    —Es muy guapa mi nieta, ¿verdad? — atacó mi abuela.
    
    —Eeeeh… sí, muy guapa.
    
    —¿Y tienes novia? — insistió.
    
    Salva no ...
    ... sabía dónde mirar. Me reía interiormente viendo su azoramiento y el rubor que se había extendido por su rostro, pero acudí en su rescate.
    
    —¿Conoces a mucha gente aquí, abuela? — intenté desviar los tiros.
    
    —Claro, hija. Son muchos años y el centro de salud está aquí. Vengo a menudo — me sonrió adivinando mi estrategia.
    
    —Seguro que hay muchas afecciones de garganta, a lo mejor por hablar mucho.
    
    —Es posible.
    
    Mi madre, mi abuela y yo manteníamos la cara seria intentando aguantar la risa. La cara de mi amigo, sin embargo, se había oscurecido un par de tonos. Por suerte se apiadaron de él y no volvieron a sacar el tema. Estuvimos bastante rato con ellas, hasta que llegó una abuelita a saludar. En ese momento nos levantamos y nos despedimos para dar una vuelta.
    
    Nos dimos una vuelta por la plaza parando un par de veces en algún bar para comer algo, haciendo tiempo hasta que empezara la música. En cuanto empezó a anochecer subieron los músicos. Eran cuatro, con una mujer muy guapa como cantante. Para mi desesperación empezaron tocando pasodobles. Las parejas de abueletes y alguna de mediana edad salieron a bailar y Salva y yo lo contemplábamos desde fuera. Lo cierto es que se los veía disfrutar mucho y el espacio reservado para bailar estaba lleno. Como a la media hora cambiaron de tercio. Empezaron con música más marchosa y muy muy actual : Raffaela Carrá, El Fary, Los Chichos… Ahí nos animamos y salimos a bailar.
    
    A mí me encanta, así que estuvimos pegando botes y ...
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