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Unas vacaciones con mis tías (P. 9): Un paseo con mi madre
Fecha: 27/04/2024, Categorías: Incesto Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... nuestros labios se acercaron con lentitud hasta juntarse. Fue un beso suave, sin lengua, y relativamente largo. Despegamos los labios y nos volvimos a mirar con intensidad. Pasaron unos segundos que se me hicieron eternos hasta que volvimos a juntar nuestros labios, ahora el beso fue más intenso y las lenguas salieron para enroscarse y fundirse en nuestras bocas. Sus brazos subieron a mi cuello y los míos bajaron a su cintura, mis manos buscaron su cuerpo tocando su deliciosa carne a través de la fina tela y bajaron lentamente hasta su maravilloso culo. Lo sentí entre mis dedos, lo sobe y lo apreté mientras mi mente viajaba en una blanca nube a través de un cielo de azul intenso. Ella se pegó más a mi cuerpo y puse sentir el roce de su pelvis contra mi miembro que comenzaba a coger dureza. No sé el tiempo que pasó, pero me pareció infinito. -Vamos a seguir que quiero ver la puesta de sol! Dijo al despegar los labios. Continuamos caminando agarrados sin decir nada hasta llegar donde acababa el sendero. Había una zona de hierba cercana al borde y nos sentamos mirando al mar. El sol comenzaba a tornarse rojo y las crestas de las olas desprendían destellos brillantes. Me senté con las piernas abiertas y ella se sentó delante de mí apoyando su espalda sobre mi pecho. Rodee su cintura con mis brazos apoyando las manos sobre su vientre y ella a la vez puso sus manos sobre las mías. -Que atardecer más precioso! Dijo mi madre. -Es delicioso! Sobre todo estando a tu lado! ...
... Contesté sintiendo que la frase emanaba deseo. Ella, que tenía mis manos cogidas con las suyas, tiro de ellas para ponérmelas sobre su pecho. Un latigazo recorrió todo mi cuerpo, eso que tanto había anhelado ahora me lo estaba ofreciendo ella. Fue un momento delicioso sentir como apretaba mis manos contra sus deliciosas tetas. Mi polla dio un respingo en un intento de enderezarse aunque no obedecía a mis esfuerzos para evitarlo. Soltó mis manos para dejar que yo las moviera y así lo hice. Comencé a sobarle las tetas lentamente sobre la tela, podía sentir sus pezones, esos pezones grandes que poseía toda la familia. Noté como cogían consistencia y se endurecían a la vez que ella emitía un largo suspiro de placer. Mis hormonas eran un hervidero de hormigas recorriendo todo mi cuerpo y no dude en abrir su fina camisola veraniega descubriendo sus tetas, apenas tapadas por el pequeño sujetador del bikini. Volví a sobarlas y a tocar sus pezones con las yemas de mis dedos. Ella torció levemente la cabeza ofreciéndome su cuello que no dude en besarlo. Mi lengua lo recorrió dejando un rastro de saliva a la vez que bajaba la tela del bikini para descubrir los pezones. Los miré por encima de su hombro a la vez que los palpaba con los dedos. Podía ver sus piernas estiradas y el pequeño triángulo del bikini tapando el centro de sus muslos, y como se marcaban sus labios genitales. Me entraron unas ganas incontroladas de tocarlo y baje una de mis manos por su vientre, acaricié la ...