Llamando al futuro por el nombre equivocado.
Fecha: 29/04/2024,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... calzoncillos.
¡¿De verdad?! – fingí interés ante una más de sus mentiras, ante otro más de sus intentos por ponerse como el bueno de la película.
Sí, tuve que malbaratar hasta mi coche para que mis clientes no me refundieran en el bote primero, y para que no me echaran a la calle después. Esa es mi triste historia, pero no quiero hablar de ello. ¿Qué te parece si mejor continúas con lo que dejaste a medias? – sugirió arrojando al suelo su bóxer y sujetando su prominente pene por la base.
¿Qué pasó con aquel que quería saber mi nombre? – cuestioné arrancándome la falda y las bragas y cubriendo mi sexo con ambas manos.
Se fue cuando le aconsejaste no perder el tiempo con cortesías – respondió acercándose a mí –, cuando revelaste lo puta que eres – sentenció sacando a relucir su verdadera personalidad, colocando la punta de su amoratada verga en mi entrepierna.
¡No!, por ahí no – apunté al tiempo que le daba la espalda –. Quiero que me lo hagas por aquí – manifesté ofreciéndole mi trasero, separándome las nalgas con las manos –, es más seguro. Sí entiendes a lo que me refiero, ¿verdad?
Claro que entiendo – señaló mojando mi ano con el lubricante que escurría a lo largo de su enardecida y palpitante polla –. ¡Entiendo que eres una zorra depravada a la que le gusta por detrás, una hija de Sodoma que goza cuando le rompen el culo cómo ahora yo pienso rompértelo! – expresó enterrándome su ariete hasta el fondo, así de pie como estábamos.
Por el grosor y la ...
... furia de su miembro venciendo la resistencia de mis esfínteres y rasgando mis adentros, escupí alaridos que no tardaron en volverse jadeos y suspiros ante las incesantes y estimulantes embestidas. Mientras que cumplía la amenaza de romperme el culo con el salvaje ritmo al que su pene arremetía contra mí, sus dedos se perdieron en mi sexo y se apoderaron de mi clítoris, retorciéndolo con verdadera saña que me animó a mover las caderas para acompañar el bestial vaivén de mi amante. Los pezones me dolían debajo de la blusa, los jugos me corrían por las piernas y su verga se ensanchaba cada vez más.
"¡Qué rico culo tienes, amor! ¡Cómo me aprieta, cómo me gusta perforártelo! ¡Dime que te gusta a ti también, que no puedes vivir sin que te lo ensarte! ¡Dímelo, golosa! ¡Dímelo y muévelo que estoy por venirme, que estoy por regarte con mi leche!"
Palabras del pasado bombardearon mi cabeza con la misma intensidad en que mi trasero recibía aquella exquisita y experta verga, impulsándome hasta un intenso y apabullante orgasmo cuya brutalidad hizo que mis piernas flaquearan, que todo alrededor girara. Con cada espasmo que se vino junto con el clímax, mis músculos le estrujaron la hombría de tal manera que su respiración se disparó al igual que a punto estaba de hacerlo con su esencia. Antes de que eso sucediera, le pedí que se corriera en mis senos. Se salió de mí, me hinqué haciendo jirones de mi blusa y mi sostén, le dio unas cuantas sacudidas a su polla y me bañó las tetas y la cara ...