Boleto extra (Segunda parte)
Fecha: 29/04/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos
... sonrojada
Daniel me regaló un par de pantalones cortos de gimnasia, ahorrándome la indignidad de ir a casa en taxi con el atuendo de anoche. Mientras me las ajustaba alrededor de la cintura, Lionel arregló cuidadosamente mi vestido en una percha y luego lo metió en un portatrajes del hotel. Con mi bolso que contenía mi boleto en una mano y mi vestido colgado del brazo, el único detalle obviamente incriminatorio eran mis zapatos de tacón.
Gera: "¡Nos vemos en la Puerta Este a las 12:30!" me dijo cuándo la puerta del ascensor se cerró.
Un viaje en taxi, una ducha profunda y noventa minutos más tarde, entré en la cafetería y vi a Pato sentado en una mesa de la esquina. Dos cafés estaban frente a él, y tenía la expresión de un hombre destinado a la horca. Paseé casualmente por el café, mis tacones resonando sobre el piso pulido. Sus ojos se abrieron confundidos cuando me vio acercarme.
Pato: "¿Y Eso?" desconcertado por mi camisa.
Seguí su mirada hacia el emblema dorado de la mascota que se abalanzaba, distendido ...
... sobre mi busto. Mis jeans ajustados escondían una tanga de encaje “dorado” brillante que hacía juego con mi sostén, la lencería era un espectáculo privado, Después de todo, los amuletos de la suerte tenían que apoyar al equipo, y anticipé que mi nuevo fandom entraría en servicio más tarde, ¡ganaran o perdieran!
Yo: "¿Esto?" con una risa. "Amo a los Dorados. Y anoche me hice amiga de otros fanáticos de la Estatal; ¡no puedo ir al juego sin lucir los colores del equipo!"
Pato: "¿No es esa escuela pública? - ¿Espera, vas a ir al juego?..."
Una confusa avalancha de preguntas se amontonaba sobre la mesa frente a él; ninguno de ellos necesitaba ser respondido.
Cada vez más impaciente, miré la hora en mi teléfono.
Yo: "Mira, tengo que irme". Me di la vuelta para irme.
Pato: "¡Hey, espera!" su voz se quebró. "¿Puedo... Puedo ir?"
Yo: "Lo siento, no tienen un boleto extra".
Después de esto en contra los deseos de mis padres y de Pato, decidí estudiar en la Estatal para estar cerca de mis Dorados, donde me gradué.