Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (13)
Fecha: 02/05/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
El sábado no perdió el tiempo. Después de estudiar por la mañana, llamó a la tarde a la puerta de Carol. Estaba realmente ilusionado y no sabía muy bien el motivo, simplemente iba a dar una vuelta con su amiga, nada más. La pregunta que no se atrevía a hacerse, era si por ejemplo hubiese sido Javi u otro amigo de su ciudad, ¿estaría tan ilusionado?
La joven abrió la puerta con una bolsa de chucherías en la mano y enfundada en su habitual pijama. Torció el rostro al ver que quien aporreaba la puerta era Sergio, no es que le sorprendiera, sino que no era habitual verle a esas horas de la tarde.
—Venga, vístete y lávate un poco que nos vamos a dar una vuelta.
—¿Qué? ¿Y esto así de repente?
—Vamos, te espero en la puerta.
—Sergio —dijo sacando la cabeza por la puerta a la par que el joven se dirigía al ascensor—, ¿no has pensado que puedo tener otros planes? —se giró ya en el ascensor con una mano en la puerta y le dedicó una mirada sarcástica— No. No tengo ni un mísero plan…
El coche esperaba en la entrada cuando Carol salió de la residencia. Sergio solía moverlo de vez en cuando para que no se quedase sin batería, aunque maldecía una y otra vez la zona por haber tan pocos aparcamientos. Llevaba una semana estacionado, pero al encenderlo el coche ronroneó como un gatito obediente. Pese a su miedo, nunca le fallaba.
—¿Esta tartana? —se sorprendió Carol al ver el viejo coche rojo.
—Ni una mala palabra sobre mi coche, que me ha llevado siempre a donde he ...
... querido, le quiero más que a muchas cosas.
—Vale, vale… —el comentario la hizo gracia— ¿Dónde quieres que te lleve hoy este magnífico coche?
—Vamos a mi pueblo, que tengo una sorpresa para ti.
—¿Ya voy a conocer a tus padres? Me parece muy pronto, mejor cuando nos vayamos a casar.
—¡Qué imbécil eres! —ambos se rieron mientras el coche enfilaba la carretera— Te llevo a una librería especializada en manga. Salió el tema con mi hermana, le gusta mucho. Y nada, me dijo que ella compraba allí, que está muy bien, ¿te hace verla?
—¿Esa pregunta no me la tendrías que haber hecho en la habitación? —Sergio alzó los hombros admitiendo que podría ser así— ¡Venga, vamos! Además que me apetecía salir de la residencia, hace un día maravilloso.
—Los días cada vez son más largos y el sol empieza a calentar, tendremos que hacer más planes como estos cuando te quedes los fines de semana.
—Me da que sí, no solo es beber en la habitación… parecemos dos alcohólicos depresivos… y oye, me cae bien tu hermana.
—Es un amor, ya la conocerás.
Aquella frase fue muy natural, tanto que ninguno de los dos se dio cuenta de lo que simbolizaba y la dieron por buena. Mientras el coche se metía en la carretera con ganas de gastar los neumáticos después de toda la inactividad, sus mentes de forma muy subconsciente, sabían que esa amistad sería duradera.
Sergio antes de aparcar, miró hacia su derecha, viendo a la chica cotillear su guantera como si fuera a encontrar droga. No la dijo ...