1. Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (13)


    Fecha: 02/05/2024, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... interior brotaban gotas blancas que recorrían su muslo, no la importaba, con la ducha se irían.
    
    Pero allí no había acabado todo, necesitaba más, quería deshacerse del picor ardiente que había anegado su cuerpo. Las llamas de su interior debían aplacarse y el coito con su marido no hizo nada más que avivarlas.
    
    El agua de la ducha la estabilizó ligeramente, pensando en lo que amaba a su hijo, ya no solo en el plano sexual, intuía que eso era pasajero, sino como una buena madre debe hacerlo. Los chorros la relajaron para pensar en que toda su reacción quizá fuera desmedida y que no debería haberse puesto así, sin embargo, cada vez que pensaba eso, la imagen de su hijo junto a Carmen le venía a la mente.
    
    Debía hablarlo, o hacer algo al respecto, no estaría en paz hasta conversar sobre el tema con su hermana y con su hijo. No obstante, no sabía cómo hacerlo, no tenía ni idea de que paso dar. Una simple llamada que era lo más sencillo, la aterrorizaba, no quería enfrentar la situación. Lo que si quería era hacer otra cosa.
    
    Sus dedos ya estaban en su clítoris sin su permiso. El agua caliente era un relajante tan extremo que sin quererlo estos se pusieron a masajearlo con suma delicadeza. Ya estaba algo preparada, el “casi orgasmo” que le había dado su marido la dejó a punto de caramelo. Ahora con el pensamiento de su hijo dentro de la ducha, no se puso ninguna barrera.
    
    Cogió el mando de la ducha, dio potencia a los chorros y lo agarró con fuerza entre sus dedos. Se ...
    ... arrodilló sobre el plato antideslizante y limpió bien la esponja que usaba, la necesitaría, lo presentía.
    
    Encorvó su espalda, bajando ambos pechos hasta tocar el suelo de la ducha y colocó su rostro contra este… con calma. En una mano tenía el mando de la ducha y acercó hasta su sexo esos chorros que con tanta presión salían. El placer fue inmediato, el agua cumplió su cometido de placer. La otra mano cogió la esponja y se la llevó a la boca mordiéndola con ganas.
    
    Con la mano restante liberada, la bajó por su mojado cuerpo, llegando a su entrepierna donde comenzó un masaje duro y sin contemplaciones, estaba tan cerca, tan preparada que no podía perder el tiempo. Los chorros del agua, unidos a su masaje de manos, la hicieron volar. Su mente se preparó para imaginar o casi… recordar.
    
    En su cabeza alguien abrió la puerta, un chico, un adolescente que conocía bien. No decían nada, solo se colocaba a su espalda y así, agazapada y arrodillada en la ducha, le introducía su poderoso miembro en su interior.
    
    Los espasmos aparecieron, las embestidas eran como en el hotel, tan duras que su cabeza se movía de un lado a otro. Su vagina comenzó a palpitar por tamaño placer, mientras sus dedos masajeaban furiosos el clítoris. Mordió la esponja imaginándose que su hijo la azotaba con ganas por haberse portado mal y echarle de casa. “Nunca me han dado un azote” pensó en el momento que aquella imagen le producía un inesperado placer.
    
    En su mente Sergio le dejó marcada la palma de ...
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