La puta que me amó
Fecha: 03/05/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... me asistió a removerme mi camisa Polo, me bajó los pantalones y me removió los calzoncillos. Mi verga estaba ya erecta y goteaba, ya mi glande se miraba brilloso de la excitación. Vi cómo miraba mi verga, pero no hizo ningún comentario. Del buró a un lado de la cama, sacó un profiláctico y sin mucho protocolo me lo puso, me pidió que me acostara en la cama y así lo hice. Ella comenzó besándome el cuello, lo hacía de una forma delicada, bajó a mis pectorales donde se dedicó por unos minutos a chuparlos y halar mis tetillas. Ella seguía con su bata de baño y se había amarrado el cabello con una liga que parecía un prendedor brillante color rojo. Llegó con sus besos a mi abdomen y fue ahí que abrió su bata y pude sentir el tibio calor de su cuerpo y cómo rozaba esos erectos pezones en mi zona púbica y posteriormente en mi verga y testículos.
Me besó los encajes o ingle, les dio una breve mamada a mis huevos y, de esa manera llegó a mi falo y la podía ver intentando tragar lo que más podía de mi falo. Ver esa carita tan bonita, sintiendo sus pezones rozar en mis entrepiernas, y desde ahí ver esas caderas elevándose mientras me hacía una rica felación a cualquiera hace tocar el cielo en minutos. Yo tuve que tomar otra posición para darme la oportunidad de verla seguir mamando, pues sí la dejaba continuar, sabía que me haría acabar en cualquier momento. Me la mamó acostado, sentado en la orilla de la cama y luego ella sentada a la orilla de la cama mientras yo estaba de pie. ...
... No resistí más y me hizo acabar con gran potencia que llené el profiláctico con una potente corrida.
Por un momento me lamenté y a la vez me sentía apenado, pues la quería seguir cogiendo, pero el tiempo ya había pasado, aunque la mayoría del tiempo había sido en esas pláticas y que realmente me frustraba, pues hubiese querido dejarle ir algunos embates a esta linda mujer. Ni tan siquiera había visto su conchita y eso me frustraba, me había hecho acabar en diez minutos. Ella me lo hacía saber de esta manera mientras me limpiaba con toallas húmedas el falo: -Estabas cargado… ¡has rebalsado el condón!
Según mis cálculos me faltaban unos diez minutos y la verdad le hubiese pagado extra por probar esa conchita que todavía no había descubierto, pues Karina seguía con su bata de baño. Estaba a punto de ofrecerle más dinero por cogerme su conchita, pero fue ella quien me dijo: ¿Tienes para una segunda corrida? – No dudé en decirle que sí, aunque no sabía si mi verga iba a responder, esa corrida fue fuerte y mi esperma era abundante. Ella quizá por instinto o experiencia me puso otro condón y me la comenzó a mamar de nuevo y mi verga había tomado volumen otra vez. Me sentí todo un macho por tal reacción y sabía que podía cogerme a esta chica hasta hacerla acabar. Intenté chuparle su conchita, la cual es diminuta y parecía que, en aquella piel de alrededor de sus labios, nunca había crecido vello púbico alguno. Parecía tan tersa como la piel de un recién nacido.
Al igual que ...