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La puta que me amó
Fecha: 03/05/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... ella, comencé por besarle el cuello, pues no me permitió besarle los labios o su boca. Al igual he recorrido sus pechos y los he mamado y me dejaba admirado que fueran naturales y que se sintieran tan sólidos. Sus pezones eran oscuros y los mamé y mamé pues a esta linda mujer le gustaba aquella acción. Bajé al igual que ella a su abdomen y encajes, pero hasta ahí me dejó llegar. Cuando le dije que quería probar su conchita, la cual se miraba mojada y bien lubricada ella me lo dijo de esta manera: ¡No… eso es solo para una persona muy especial! -luego ella misma agregó. – ¿Cómo quieres que me ponga? ¡Ya se está haciendo tarde! Su sugerencia como que me frustró, pero también hizo que me llenara de capricho y ego y me propuse que a esta puta le iba sacar por lo menos un orgasmo. – De perrito. -le había contestado. Creo que, en una primera follada, de solo ver ese culo y ver su rostro reflejado en ese espejo paralelo a la cama a cualquiera manda al paraíso esta linda chica. Ella se puso a la orilla de la cama y proseguí a meterle lentamente mi falo. Pensé mientras miraba como mi verga se había hundido en su vagina: -Esta chica se siente tan apretada que de seguro apenas comienza y no está tan usada. – La verdad que Karina tenía una conchita pequeña y se podía sentir esa presión de sus paredes y cómo la contraía y al igual contraía su ojete del que no sabía si podía tocar. ¡Qué culo más perfecto, qué ojete más apetecible! No tenía ningún vello en él y se miraba cómo lo contraía ...
... del deseo. Mientras embestía su conchita se me ocurría ofrecerle más dinero por ese rico y perfecto culo… realmente se me antojaba. Como una puta intentando acabar su faena me alentaba a que le diera fuerte. Ella gemía, su respiración era profusa y movía aquella cintura y sus nalgas con una sensualidad que pocas veces he visto en chica alguna. Obviamente pensé lo obvio, estaba fingiendo placer y llevarme por ello al paraíso, pero realmente yo ya había escupido la presión de un par de semanas y le daba a diferentes velocidades donde solo se escuchaba el chaqueteo del golpe de mi pelvis en sus nalgas y ese chasquido de mi verga entrando y saliendo de una bien lubricada conchita. Le taladré su conchita alrededor de unos quince minutos consecutivos… sus nalgas brotaban sudor lo mismo que mi abdomen y pectorales, fue un bombeo constante hasta que escuché de su voz, que me dirigió a ver su rostro por ese espejo lateral de la cama y pude ver su rostro de placer y ella comenzó a chocar con más violencia su conchita contra mi pelvis y explotó con jadeos incontrolables: ¡Oh no… Oh Dios… me estás haciendo correr! – esto lo repetía una y otra vez en un minuto y luego se fue de bruces contra de la cama y yo seguí dándole hasta lograr en minutos mi segunda eyaculación. Karina se encargó de limpiarme y hasta me ofreció el baño para que tomara una ducha. Me fui a bañar apresuradamente y cuando salí ella ya estaba vestida con un pantalón color negro bien pegado a su piel, con un suéter ...