1. Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (19)


    Fecha: 04/05/2024, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... quería sacarlas, sonarían raras—, pero a la larga me comerá de nuevo por dentro.
    
    —¿Qué vais a hacer? —con la imaginación volando, pensó que aquello sonaría del todo inapropiado, rectificó— Vais a tomar algo o no sé, pasear… —“cállate, qué la jodes”.
    
    —Ni idea, voy a ir a verla a la tienda. Allí acabaré con esta chorrada.
    
    Necesitaba decirle algo, si quería que le acompañase o si necesitaba algún tipo de apoyo moral. Pero no le salió, además que ella se iría a su casa, aunque si lo pedía… se quedaría con él… lo que Sergio necesitase.
    
    —Si después estás mal o… no sé… me puedes llamar o algo. —se sentía nerviosa, el tema la ponía así. Porque se olía que tras la capa superficial del problema, había algo más.
    
    —Pues tiene gracia…, pero podrías ir dándome tu móvil, ¿no?
    
    Carol sonrió de lo estúpido que era, ninguno de los dos tenía el número de teléfono del otro, total ¿para qué? Vivían a dos puertas. Hacían vida juntos, y todos los días se veían, no lo necesitaban, sin embargo, se intercambiaron los números de teléfono.
    
    —Ya está. Señor fontanero, así te reconozco rápido. —bromeó la joven.
    
    —¿Qué pongo yo? Pesada, muy pesada, pesadísima…
    
    —Pon: la mejor del mundo. Creo que es lo más evidente.
    
    Sonrieron y volvieron a la residencia, aunque a Carolina algo le picaba dentro de la cabeza. Todavía tenía que contarle lo de Paola y le costaba un mundo sacarlo, además que saber que se vería con su madre, no entendía por qué no le daba buenas sensaciones. Sabía que lo ...
    ... arreglarían, que todo estaría bien, sin embargo… Después… ¿Qué pasaría?
    
    Anduvieron hasta la puerta de Sergio, donde este se despidió y Carol le paró antes de entrar. Fingió una sonrisa de sorpresa, “¡Vaya, qué casualidad! Justo me acordé de algo que te tenía que contar…” que falso sonaba en su cabeza.
    
    —¡Sergio, que no te conté! Hablé con Paola. —el gesto de Sergio le pareció correcto. Parecía que iba todo bien ¿por qué iba a ir mal?
    
    —¿Me lo cuentas ahora? ¿Cómo no me lo has dicho antes? ¿Qué tal?—la verdad que sí era sorprendente. Salvo para Carol, que el motivo era que no se atrevía.
    
    —Se me pasó por completo, tío, tengo la cabeza en mil cosas. Pues parece que bien y el domingo a la mañana vamos a quedar para hablar.
    
    —¿Quizá lo intentéis?
    
    —Puede ser.
    
    —¿Sin otros novios de por medio y relación pública?
    
    —Se lo está pensando, pero parece decidida. —Carol dudaba de sus palabras.
    
    —Entiendo. —colocó su mano en el hombro de su amiga— Me alegro si es eso lo que quieres. Solo te digo una cosa, ten cuidado… no quiero… —la duda por decirlo le comió, pero era su amiga. Suspiró con fuerza y lo soltó— No quiero que te hagan daño.
    
    A Carol el corazón se le contrajo, por un momento sintió tanto que no lo pudo contener. Millones de sentimientos trataban de manar por su piel logrando que el vello se le pusiera de punta, menos mal que Sergio no lo podía notar.
    
    Su frase, su voz, su tono, “que no me hagan daño” se repetía en su cabeza, sonaba tan bien, tan calmado, ...
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