Con su blanca palidez
Fecha: 04/05/2024,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... de ir poco a poco…
El ama, contrariada, le tomó de las caderas y, de un decidido empujón, se clavó su polla hasta el fondo, dando un grito salvaje que le heló la sangre. Sabía por experiencia el daño que hace una penetración sin la dilatación adecuada y el sufrimiento que desencajaba el rostro de la joven, más pálido que nunca, daba fe de que, ahora, ella también. Estaba claro que había suspendido el examen…
Ante su pasmo, el ama le sonrió, perdonándole, y le abrazó como si nada. Él la besó con gratitud; le daba otra oportunidad y no pensaba desaprovecharla… Con el susto, no se había dado cuenta de que tenía su pene enfundado en algo suave y cálido que oprimía por igual su glande y su verga. La sensación era fantástica, muy distinta a la del culo de Andriy, pero sumamente grata. Se movió un poco y la sensación incluso mejoró. La húmeda suavidad del roce, la presión uniforme… Acogedora. Si tuviera que definir aquella experiencia con una palabra, elegiría esa: acogedora.
Quería complacer a aquella mujer, hacerla gozar, así que fue incrementando el ritmo de sus movimientos. Si a él le daban tanto placer, también se lo darían a ella… Su entusiasmo hizo que, en sus arremetidas cada vez más frenéticas, su polla se saliera del guante que la acogía y, para su desesperación, no acertara a enfundarla de nuevo. Tuvo que ser ella quien volviera a introducir otra vez el falo en su recóndito interior y de nuevo lo hizo de golpe, aunque esta vez no notó ningún obstáculo ni ella ...
... chilló. Abrazándole con sus piernas, clavó sus talones en el culo de él, inmovilizándole.
Parecía más decepcionada que enfadada. Debía haber cometido una torpeza muy grande al dejar que se le saliera. Con Andriy le había sucedido alguna vez, pero él no se había enfadado, incluso le había divertido… Pero había encontrado fácil el camino de vuelta. ¿Qué le había decepcionado así: que se le saliera o que no supiera volver a entrar? Ahora ya, daba igual: su ama le había dado otra oportunidad y él la había desperdiciado… Quizás le venía grande ser ‘macho’, quizás tenía razón Andriy y las ‘mujercitas’ como él no servían para eso. Le entraron ganas de llorar.
Pero la contrariedad del ama cesó pronto. Antes de que se hundiera en su llanto, ella volvió a sonreírle, perdonándole otra vez y limitándose a indicarle por señas que tuviera más cuidado. “Había escogido una buena ama”, pensó mientras recuperaba el ánimo. Comprensiva y bondadosa, no como el amo Tembo. Se prometió a sí mismo no decepcionarla más.
Empezó a moverse con cuidado, y el rostro de ella pronto se arreboló (como les ocurre a los pálidos cuando están muy, muy excitados), igual que su pecho. Le encantaba el rostro de Andriy cuando se ponía así… Pero, por primera vez, en vez de resultarle doloroso recordar a su amante muerto, se sintió culpable por distraerse pensando en alguien distinto a la persona que le acogía entre sus piernas. Nunca había disfrutado así satisfaciendo al amo y, a veces, evocaba a Andriy para ...