Con su blanca palidez
Fecha: 04/05/2024,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... muy vagamente cómo eran las niñas, de niño, pero su tenue recuerdo infantil no tenía nada que ver con la rotunda visión que tenía ante sus ojos.
Le asaltó el temor de que el ama le exigiera sexo; no creía que pudiera dárselo, porque él era ‘una mujercita’: a él le gustaban los hombres, no las mujeres. Pero el vértigo de tenerla desnuda tan cerca le recordó al que le hacía sentir el cuerpo de Andriy a veces… Ella se encargó de sacarle de su abstracción tomándole de la barbilla y obligándole levantar la cabeza y mirarle a los ojos. Echaban fuego y le gritó a la cara algo que no debía ser amable. “¿Tanto la había ofendido por mirar lo que ella había puesto delante de su vista?”, pensó. Y ahora no estaba jugando…
El ama salió, desnuda, y fue a su bolsa de la que sacó una botella de agua azul, la abrió y bebió. Se acercó a él con la botella en la mano y se la ofreció. Echó un trago, y lo escupió al instante; estaba caliente y el sabor era empalagoso. Prefería la del río, pero ella le hizo gestos que él interpretó como una amenaza de muerte, así que acató la orden, bebió de nuevo y le devolvió la botella. Refunfuñando, la dejó en la orilla, a la sombra, y volvió a la bolsa de la que sacó la caja de galletas y cogió un par.
De una patada, le tiró su camiseta, haciéndole gestos de que la lavara; ella cogió la prenda que se había quitado y se metió al río de nuevo. Llevaba una galleta en la boca y puso en la de él la otra, antes de sentarse y ponerse a lavar. Kalu la imitó ...
... maquinalmente, profundamente afectado. Cada vez estaba más desconcertado y entendía menos los bruscos cambios de la mujer. Con razón el amo hablaba de ellas como hablaba… El gesto cariñoso de darle la galleta no mitigaba la gravedad de su anterior amenaza, que le trajo recuerdos aciagos…
El amo Tembo no los usaba nunca a la vez, pero aquella noche estaba eufórico y le apeteció que se la chuparan al alimón, tras hacerles esnifar algo de coca; el amo no esnifó con ellos, ya venía bien servido. Andriy era un excelente felador, como bien sabía Kalu, pero a él no le gustaba demasiado. Sin embargo, aquella vez se esmeró como nunca. Tumbado boca arriba, con las manos tras la nuca y los ojos cerrados, el amo no se percató del adorable suplicio que supuso para los dos muchachos disputarse su virilidad, mientras sus labios y sus lenguas se rozaban inevitablemente, aunque intentaran no hacerlo. Era demasiado peligroso…
La mamada fue antológica, y al amo Tembo acabó por correrse como un primerizo. Se dijo que era una gran idea ponerlos a competir juntos. Les hizo limpiarle y ponerle otra vez a tono. Incluso acabó tomándolos de la cabeza y haciéndoles juntar sus bocas y sus lenguas hasta envolver su convaleciente polla. Estaba seguro de que les daría asco y eso le supuso un placer añadido.
Cuando estuvo de nuevo en condiciones, eligió a Kalu para que se sentara sobre él y se follara solito con su polla, mientras Andriy esperaba su turno. No era la primera vez que el amo Tembo le ...