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Aventuras de una ninfómana (Parte 4)
Fecha: 06/05/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Maka69, Fuente: CuentoRelatos
... la sala es un largo pasillo lo bastante ancho para pasar con soltura un par de personas. A cada lado y a lo largo del local puedes disfrutar de distintos ambientes. Pequeñas plataformas con barras de lap dance en el centro y sofás a su alrededor. Zonas con camas redondas. Cepos en los que atrapar a tu pareja. Cruces en alguna pared, correas colgando del techo y todo aquello que te puedas llegar a imaginar. Cuando vamos más o menos por la mitad del pasillo Juanjo se detiene enfrente de un sofá de tres plazas de forma semicircular y una pequeña mesa ratonera sobre la que descansan lo que parecen ser varios juguetes sexuales y tira de la correa de mi cuello hacia abajo dejándome inclinada en medio del pasillo y muy cerca de la mesa. - Muy bien zorrita ahora te vas a quedar aquí para que hagan lo que quieran contigo. ¿Me oyes puta?- Me pregunta dando un fuerte tirón de la cadena y obligándome a inclinarme hasta quedar doblada a la mitad. - Si amo.- Contesto casi jadeando de solo pensar lo que hará conmigo esta noche. Ya puedo sentir varias miradas cargadas de deseo puestas sobre mi y ver atreves de mis piernas abiertas como un par de tipos se acercan por el pasillo totalmente desnudos y meneándose lentamente sus vergas ya paradas. La cola de zorra saliendo de mi trasero y descansando a lo largo de mi espalda sobre mis muñecas esposadas. - Así me gusta y abre más las piernas. Enseña ese bonito coño que tienes.- Me dice recogiendo una especie de barra de encima ...
... de la mesa. Cuando me quiero dar cuenta mi amo me ha colocado una barra con dos grilletes a cada lado que han terminando por apresar mis tobillos imposibilitando que pueda cerrar las piernas o siquiera moverme de mi sitio. Siento que voy a perder el equilibrio en cualquier momento pero Juanjo ha terminado de esposar mis tobillos y libera una de mis manos y vuelve a ponerme las esposas pero haciendo que ahora quede con ambas manos atadas a un gancho que cuelga del techo dejándome incorporada. Y así es como me quedo en medio del pasillo de aquel lugar en el que sobrevuela un leve olor a sudor y sexo; colgada del techo, con las piernas abiertas y la cola de zorra colgando entre ellas y completamente a la merced de lo que cualquier desconocido o desconocida quiera hacer conmigo. Sin olvidar las dos maravillosas palabras que me harían gozar como una perra esa misma noche. Juanjo a todo esto se ha sentado en el sofá de al lado y después de pedir una copa se ha encendido un cigarro dispuesto a disfrutar del espectáculo. No han pasado más de diez minutos cuando siento la primera mano, o mejor dicho, dedos adentrándose en mi húmedo sexo desde atrás a la vez de otro tipo se coloca delante mía y comienza a comerme literalmente las tetas. No para de estrujármelas con sus grandes manos y de morderme los pezones haciéndome gemir escandalosamente a la vez que el otro ya me está metiendo cuatro dedos en el coño moviéndolos de manera salvaje haciéndome soltar todos mis fluidos a ...