1. En mi ruta de Mountain Bike


    Fecha: 06/05/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... los pedales e intento quitármelas para poner pie en tierra, no puedo. Tengo una caída suave pero aparatosa. Quedo totalmente tumbado y con los pies ajustados en sus calas.
    
    Pienso, la he cagado. Se va a pensar que estoy loco o que soy un viejo verde violador...
    
    Tal como estaba aprovecho para sacar los pies de las calas e intento reincorporarme como puedo, lleno de polvo y con una rozadura en la rodilla derecha, con la que he amortiguado mi caída.
    
    Mientras intento reincorporarme, ella se dirige hacia mí, agachándose e intentando ayudarme a levantarme. Me coge de un brazo y me ayuda, hasta que estoy de pie.
    
    Ella: ¿Se encuentra bien?
    
    Yo: Sí estoy bien, no te preocupes, ha sido una caída tonta, sin importancia. No sabía qué decir.
    
    Ella: Silencio y mirándome a los ojos y con cara de sorpresa y curiosidad.
    
    Yo: Te pido disculpas, no sé qué me ha pasado, he dado sin darme cuenta al freno y veo que te he asustado, para colmo me he caigo como si fuese un novato con la bici…
    
    Ella: No se preocupe, lo importante es que esté bien (con cara de niña buena y una sonrisilla). Ha sido una buena ostia…, dice.
    
    Yo: No, ha sido poca cosa. En alguna ocasión la he tenido bastante más fuerte. Si yo te contará alguna de las caídas que he tenido…
    
    El sitio dónde habíamos coincidido y se había producido mi “fatal” frenazo y caída, era una breve recta en el camino, entre dos curvas, y al lado nuestro (mi izquierda y su derecha) había como una explanada o recodo, recubierta de ...
    ... árboles. El sitio perfecto dónde poder hacer una meada u otra urgencia, ante un apretón puntual. Allí, también había un tronco grande y grueso, como caído de los árboles de los alrededores y que estaba sin ramas, seco y bastante pelado (supongo que por el paso de los años).
    
    Ella: Si quiere vamos allí y se sienta, mientras se recupera (indicando hacia el tronco horizontal en el suelo).
    
    Yo: Si, es buena idea, gracias. Por cierto me llamo Fernando, Nando para los amigos.
    
    Ella: Yo soy Martina. Tina, para los amigos (con cierta sonrisilla).
    
    Yo: Tina, ¡pero llámame de tú!, que tampoco soy tan mayor… (yo pensando, si podría ser mi hija…).
    
    Tina: ¿Le, bueno…te duele mucho?
    
    Y mientras decía esto, me miró fugazmente, de pasada, mi paquete. Con el culotte y su esponja protectora interior, el tamaño del paquete se hace considerablemente grande y más si lo que esconde también lo es.
    
    Yo: La rodilla y la cadera, algo, pero se va pasando y más aquí sentado contigo.
    
    Ahora que, a su lado, podía verla con todo detalle: su piel es clara, como si no hubiera tomado el sol durante el verano, sus ojos grises, su nariz alargada y recta, su labio superior fino (como a mí me gustan. Me vuelven locos los labios finos. Generalmente-por mi experiencia- suelen indicar que la persona es introvertida/reservada, con carácter y determinación. Incluso con un punto de mala leche) y el inferior normal. Sus tetas, bajo su camiseta blanca, son más bien pequeñas con los pezones sobresaliendo ...
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