1. El novio de Rafaela (parte 2)


    Fecha: 07/05/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Bellota D I, Fuente: CuentoRelatos

    ... jugando un poco, era definitivamente tan vicioso como yo.
    
    —Creo que ella se estaba imaginando que le cachabas el culo —le dije —, estoy segura de que lo tiene bien apretadito, pero acogedor, y que no necesita lubricante porque se moja tanto que le chorrea hasta su ano de zorra.
    
    —Uy… qué rico… Me gustaría escupirle en su huequito mientras la cacho en cuatro. Le abriría el culo con mis dedos. Metiéndolos ahí uno por uno. A ver, uno…
    
    —Dos… —contesté, siguiendo lentamente el obsceno contaje.
    
    —Tres…
    
    Soltó la cifra en un suspiro, sentí que le costaba contenerse. Los dos estábamos jadeando, masturbándonos uno al lado del otro sin mirarnos. Decidí dar el golpe de gracia, describiéndole en presente una escena que su mente arrecha no iba a aguantar:
    
    —Ahora, vas a sacar tus dedos y retirarte para pajearte encima de su culo. Ella se viene gritando con un par de fricciones suyas en su clítoris, mientras tu leche cae en su culo y chorrea dentro su ano entreabierto…
    
    Escuché un gemido largo a mi costado. Pellizqué mi clítoris y me dejé invadir por el orgasmo.
    
    Cuando volví a girar la cabeza para ver a mi lado, Lionel había levantado sus lentes y me estaba mirando. Tenía semen en la barriga y en el pecho, su eyaculación había sido intensa. Sonreía, satisfecho y vicioso. Íbamos a ir más lejos, era inevitable.
    
    Nos fuimos a cambiar cada uno de su lado, era hora de ir a recoger la encomienda de vinos. Bajé mi bikini todavía brillante de mi goce, me enjuagué rápidamente ...
    ... y puse mi vestido negro de verano, corto y ligero, mi favorito. Busqué un calzón limpio en mi maleta desordenada. Encontré una tanga negra, como casi toda mi ropa interior. Me la puse y me detuve mientras iba a abrir la puerta del cuarto para salir. Una chispa de morbo acababa de estallar en mi mente. Sonreí solita, me quité la tanga, salí y alcancé a Lionel que ya me esperaba en su carro.
    
    Me senté a su lado, arreglando mi vestido debajo de mis nalgas desnudas para que no estén en contacto con el asiento de cuero sintético. Siempre me había excitado salir sin ropa interior, llevando una falda o un vestido. Sentir el aire correr contra mi culo y mi sexo vulnerables me volvía loca, tanto como el peligro de que un movimiento mío o una corriente de viento hubiera bastado para revelar mi intimidad a cualquier persona. A mi novio le encantaba que saliera así cuando íbamos a cenar en un restaurante o que íbamos a un bar con amigos y, más aún en invierno, porque llevaba medias. Antes de salir, se sentaba en la cama de nuestro cuarto, ya listo, con camisa planchadita y pantalón formal, y me miraba poner mis atuendos de putita. Era nuestro ritual. Dándole la espalda, sin tanga ni calzón, tomaba mi tiempo para poner mis medias y ajustar mi liguero, agachándome hacía adelante, abriendo las piernas, poniendo un pie en la cama para estar cómoda, mientras él se masturbaba suavemente mirando mi culo desnudo. Me gustaba exhibirme frente a él, más aún llevando liguero, siempre me empezaba a ...