1. La chica nueva de la boutique


    Fecha: 11/05/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: beck the ripper, Fuente: CuentoRelatos

    ... le dije a mi esposa. Luego pasaron dos visitas más a la boutique y yo veía a Selene de reojo cada que podía, mientras ella trabajaba a un lado de Nancy o como quiera que se llamara la gorda pálida que prefería mi mujer.
    
    Hasta que una noche salí yo solo a comprar pan, porque mi esposa estaba enferma de gripe y hacía bastante frío. Estábamos a mediados de noviembre y esta vez salí en el auto, pues, aunque parezca gracioso, nos quedaba más lejos la panadería que la boutique.
    
    Justo cuando regresaba a mi casa me detuve en un alto. Y frente a mi auto, iluminada por los faros, cruzó la mujer más perfecta que conozco: Selene. Se me paró el corazón y se me paró la verga. No exactamente en ese orden. Selene llevaba puestos unos jeans blancos ajustados y un suéter azul marino o gris que parecía no cubrirla del frío totalmente. Le eché las altas más por instinto que por otra cosa y volteó a verme. Se las volví a echar y se detuvo.
    
    Bajé la ventanilla y le dije:
    
    —Hola. ¿Te acuerdas de mí?
    
    Ella, desconfiada, se acercó un poco a mi auto.
    
    —Hola. Eres Selene ¿no? Mi esposa y yo vamos a la boutique donde trabajas.
    
    —Ah, eres tú. —Por alguna razón que aún desconozco ella me sonrió. Luego se acercó y añadió ya más en confianza: —Eres el hombre que va con esa mujer de las blusas de abuelita.
    
    “¿Karen usaba blusas de abuela? No me había dado cuenta”.
    
    —Eh… sí, soy yo. — ¿Qué más da? Le seguí a corriente. — Está haciendo mucho frío. ¿Quieres que te lleve?
    
    —Amm…
    
    “Dios, ...
    ... que acepte por favor. No te pido otra cosa en la vida. Por favor, castígame después, pero que diga que sí”.
    
    —Bueno. —¡Aceptó! — Está bien.
    
    Y mientras ella se acercó a la puerta del copiloto yo le agradecí a Dios. Aunque mi lujuria era provocada por Satán.
    
    Se sentó a mi lado. Estaba temblando un poco, así que tomé mi chamarra del asiento trasero y se la di.
    
    —Gracias. Creo que iba a congelarme allá afuera. Iba a caminar al menos unas siete cuadras, me salvaste…
    
    —Héctor. Me llamo Héctor.
    
    —Yo soy Selene.
    
    —Sí, lo sé. — le dije un poco nervioso y ella me sonrió.
    
    Nos estrechamos las manos. Ese fue mi primer contacto físico con ella.
    
    Platicamos un poco, le conté de mi trabajo como profesor. Ella me contó que antes quiso ser maestra de preescolar, le gustaban los niños, cosa que a mi esposa no. Luego el viaje terminó, llegamos a su casa.
    
    —Oye, de verdad gracias por traerme, Héctor.
    
    “Dios, una cosa más. Por favor que me invite a pasar a su casa”.
    
    —Oye… ¿Por qué me da la impresión de que tu esposa siempre está molesta conmigo?
    
    —¿Qué? No está… —pero sí que lo estaba, más bien estaba celosa. — ¿Por qué dices eso?
    
    —Porque siempre me mira feo.
    
    —Pues ella…
    
    —¿Es porque te gusto?
    
    —¿Perdón?
    
    —Es eso, ¿verdad? — ella rio coqueta —He visto cómo me miras.
    
    —Bueno, yo…
    
    —Sé que te gusto, Héctor. No lo niegues. Tú me gustas también.
    
    —¡Eso es estupendo!... Pero yo… soy…
    
    —¿Casado? Ah, sí. Lo olvidé. Estás casado con la vieja gorda que se ...
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