Papá me revisó el periodo
Fecha: 17/05/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: alexandra love, Fuente: RelatosEróticos
... papi ¡Cógeme! —Le dije a tono de ruego.
Mi papi volvió a colocar su verga en mi vagina, me tomó de las caderas y me penetró con frenesí. Su gruesa verga entraba profundamente en mi vagina ardiente hasta topar en mi cérvix, lo hacía de forma incesante. Me sentí muy cogida y vulnerada por mi padre, cual si fuese un objeto sexual que él estaba gozando a su antojo. Mi sangre menstrual servía de lubricante a una penetración bestial. El aroma de mi sangrado, evocaba los más bajos placeres carnales, me sentí tan primitiva y salvaje. Yo una hembra en celo y mi padre un macho buscando la satisfacción propia. El aroma del fino perfume que me regaló se mezcló con el salvaje aroma de mi periodo, y nos envolvió en una atmosfera de pasión sexual. Ambos estábamos extasiados por tan sucio encuentro, dejando salir nuestro lado morboso.
—¡Aaah! ¡Aahaa! ¡Que rico papi! ¡Ay sí, así! ¡Más fuerte papi! ¡Fuck me! ¡Aaaah! ¡Aaah! ¡Aaaah! ¡Que rico se siente! ¡Estoy menstruando papi! ¡Soy tuya! ¡Hazme reglar!
—Que rico se siente cogerte mientras estás menstruando princesa. Eres una perrita. —Me dijo jalándome del cabello.
—¡Sí, soy tu perrita! ¡Sí méteme la verga bien duro! ¡Así papi así! ¡Más rápido! ¡Hazme sangrar! ¡Se siente rico papi! ¡Que rico! ¡Ay! ¡Así! ¡Aaay! —Me sentía muy sucia y excitada.
La irritación que me causaba mi sangrado menstrual, aunado a la desbordante excitación que sentía al ser penetrada de forma tan salvaje por mi papá. Me hizo comenzar a derramar algunas ...
... lágrimas, consecuencia de mis hormonas alteradas por tan apasionado encuentro en pleno periodo. Lágrimas negras y saladas rodaban por mis tiernas mejillas, escurriendo el rímel de mis pestañas.
—¿Te sientes mal preciosa? —Me preguntó mi papi.
—No, está bien papi. Estoy llorando de placer, soy muy hormonal, no te detengas. Siento que ya me voy a venir.
—Sí preciosa vente, mi amor.
—Cógeme fuerte papi, quiero sentirme muy cogida.
Él atendió a mi súplica y comenzó a penetrarme muy violentamente, jalándome de las caderas y ensartándome su verga muy profundamente en cada embestida. Mi vagina ardiente y sensible sentía el fuerte impacto de su verga en mi cérvix. El coche se movía cada que mis piernas se restregaban contra él debido a los fuertes empujones que me daba mi padre. Mis senos estaban muy calientes y excitados. Mis pezones frotaban la lámina caliente del cofre y yo no dejaba de gemir.
—¡Aaaah! ¡Aaaah!¡Aaaah! ¡Me dueleee! ¡Fuck! ¡Aaay! ¡Sigue así papi! ¡Más duro papi! ¡Aaay! ¡Aaah! ¡Aaaha! ¡Aaah! —Yo estaba rendida sobre el cofre del coche.
—Que rico culo tienes hija. Estás bien caliente por dentro preciosa.
—¡Que rico papi! ¡Házmelo duro! —Le suplicaba por más.
—Te entra hasta el fondo hermosa, te comes toda mi verga. —Los impactos de nuestros cuerpos húmedos por mi sangre escarlata, se escuchaban en cada embestida.
De pronto un calor extasiarte recorrió mi cuerpo sensibilizándome la piel, mi respiración se aceleró y sentí espasmos en mi abdomen. ...