1. Yo lo despreciaba, pero me terminó haciendo su perra (1)


    Fecha: 17/05/2024, Categorías: Hetero Autor: Angie Vera, Fuente: CuentoRelatos

    ... algo apretado, pero es bueno porque hace mis pechos resalten. Ya con mi ropa interior puesta me comencé a maquillar, mucho brillo en mis labios, mucha sombra, mucho mascara en las pestañas. No sé por qué me maquillé de más. Al finalizar me vi al espejo, estaba maquillada de manera algo exagerada, no sé por qué pensé "a Eliseo le deben gustar así". Me puse unas calcetas largas azules y después mi pantalón. Es muy ajustado por lo que al llegar a la parte de los muslos tengo que brincar para lograr entrar en él, siempre es una batalla al tratar de mis glúteos entren en el pantalón. Después de lograr ponerme el pantalón, acomodé mi tanga hasta sentirla cómoda, como dije antes, se asomaba un poco por arriba del cinturón. Decidí ponerme la misma blusa rosa, pero vistiéndola de manera diferente porque hacía calor (juro que fue por el calor jeje): Me dejé los tres botones de arriba desabrochados y en la parte de abajo me hice un nudo, de forma que se veía parte de mi abdomen entre la blusa y el cinturón de mi pantalón. Me peiné con esmero y me puse un dije de oro falso que dice Angie.
    
    Todavía era algo temprano pero no podía llegar tarde a mi clase, así que decidí subirme a mi Atos rojo e ir al campus universitario.
    
    Faltaban 15 minutos para que diera 30 para las 11:00 a.m. Decidí usarlos para deambular por la facultad de arquitectura. Sentía como todos me miraban de manera indiscreta. La mayoría fijaban su vista en mi trasero, otros notaban mi brassiere azul brillante que se ...
    ... asomaba un poco y la parte de mis pechos que la camisa mal abotonada dejaba ver. Unos pocos me miraban a los ojos, pero para hacerme gestos lascivos o un guiño. Después de recibir un par de piropos, vi que ya era hora de ir al salón. El edificio estaba vacío, la mayoría aprovechan los descansos para comer algo o tomar aire. En el salón no había nada, sólo algo de basura entre las patas de las mesas. Tomé mi lugar de siempre y me puse mis audífonos, discretamente revisé mi atuendo. Acomodé mi escote y jalé un poco el resorte mi tanga de ambos lados, para que resaltara un poco más. Después de cinco minutos seguía siendo la única en el salón. Me sentí algo decepcionada, pero busqué música alegre para distraerme.
    
    Puse algo de salsa, y me empecé a mover un poco. Sacudía las caderas de lado a lado, recordando un poco los pasos que más me gustan. Estuve bailando una canción completa y no me di cuenta que alguien me estaba observando desde la puerta del salón. Era Eliseo.
    
    Se veía más desaseado que de costumbre, el pantalón completamente lleno de pintura. Incluso sus manos. Su playera empapada en sudor, incluso se notaba que el sudor escurría por su cara. No puse evitar sonreír al verlo, él también sonreía, le quité la mirada de encima y fingí seriedad. Sin querer, mejoré mi postura. Puse mi espalda recta, y saqué un poco las pompis, pero seguí bailando, fingí que lo estaba ignorando. Sentí como se acercaba y me observaba pero seguí ignorándolo. En vez de entrar en mi fila de mesas ...
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